Los herederos de la casa Zegna llevan más de una centuria trabajando –y buscando– la lana de mejor calidad sin importar dónde se encuentre. Su obsesión es tal, que este mes cumplen 50 años entregando el premio a los mejores productores a nivel global.   Por María Eugenia Monroy   Era 1910 y Ermenegildo Zegna  se perfilaba como un trabajador y maestro experimentado que anhelaba con dejar evidencia tangible de su trabajo. Dos décadas más tarde veía su sueño realizado: era el fabricante de telas más importante de Italia y antes de la Segunda Guerra Mundial contaba con unos mil trabajadores y exportaba a 40 países. Podría decirse que Zegna estaba obsesionado con la tela. Quería fabricar las de la mejor calidad y que, al mismo tiempo, fueran resistentes al tiempo y al uso. Originalmente trabajó en la región, con materiales en bruto, y luego comenzó a buscar donde fuera necesario, aquella lana que pudiera transformarse en la tela que anhelaba. Innovador –como las generaciones que lo han secundado– renovó y mejoró tanto el producto como la producción, estudió tendencias dentro y fuera de Italia y exploró los avances que le ofrecía el desarrollo tecnológico pero nunca se olvidó de la importancia del trabajo artesanal. Pocos años antes de su muerte, en 1966, sus hijos Angelo y Aldo tomaron las riendas del imperio familiar. Los tiempos habían cambiado, las guerras quedaron atrás y expandieron el negocio a las áreas de prêt-à-porter, prendas masculinas a la medida, tejidos, accesorios y ropa deportiva. Desde entonces la compañía no ha dejado de evolucionar y factura más de 780 millones de euros con presencia en más de 60 países y sigue apostando por nuevos mercados. Para Ermenegildo Zegna, director ejecutivo y cuarta generación al frente de la empresa, “la innovación y el riesgo calculado son las características del emprendedor puro y viene de familia tener este empuje. Tenemos ambición por conocer cosas y personas, apostamos siempre por subir de nivel y nunca estoy satisfecho con lo que hemos logrado. Tenemos ambición, pasión y respeto por la institución, pues sin la institución adecuada no vas a ninguna parte”.   La piedra angular   Si bien es cierto que en la actualidad Zegna tiene un gran portafolio de líneas y productos, su piedra angular sigue siendo la confección de prendas elaboradas con la mejor lana del mundo y no es exagerado afirmarlo; el imperio familiar balancea la ciencia con la naturaleza, la tecnología y el trabajo artesanal y sabe que este tejido es crucial en cada una de sus colecciones. A finales del siglo 18 llegaron las primeras ovejas a Australia. En la actualidad, la producción de lana es la más grande e importante para el uso de la tierra en esta nación-continente y existen unos 55 mil establecimientos dedicados exclusivamente para este propósito. Sin embargo, no toda la lana es igual; la lana Merino de las ovejas australianas es la más fina para crear prendas de ropa además de que es resistente y conserva bien los colores. Para reconocer y premiar a los criadores de ovejas que producen lana y están comprometidos con la calidad, la empresa italiana creó en 1963 el primer Ermenegildo Zegna Extrafine Wool Trophy en asociación con la Australian Superfine Wool Growers Association (ASWGA). El prestigio de la marca y sus telas fue creciendo aún más y en la década de 1980 el premio mudó a Australia y el nuevo trofeo se encargó al artista inglés Graham Shuterland. Actualmente, cada uno de los ganadores obtiene una litografía del premio y un reconocimiento invaluable a nivel internacional. Pero la competencia no se quedó ahí, en 2002, y para celebrar los avances de los criadores australianos, se lanzó el primer Ermenegildo Zegna Vellus Aureum  que en el 2003 se convirtió en un reconocimiento global, en el que participan productores de todo el mundo siendo Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Sudáfrica los países con mayor presencia. La obsesión por estas telas llevó a la casa Zegna a producir en 2010 –fecha en la que conmemoraron el centenario de la marca– 20 trajes a la medida para sus mejores clientes; la tela se fabricó con una selección especial de las lanas que han ganado los concursos y la casa donó la mitad de las ganancias a obras de beneficencia que apoyan sus compradores. El premio es esperado anualmente en el sector y este mes cumple medio centenario galardonado a aquellos productores que se han destacado en la innovación y producción de un producto sustentable con el medio ambiente y renovable. Gracias a estas lanas Zegna ha creado tejidos como High Performance, una tela ligera que incluso puede usarse durante el verano; Trofeo que se caracteriza por su toque suave y elegante y larga duración; exclusivas: Cool Effect, tejida al 100 por ciento con lana australiana y que en su acabado refracta el color de una forma similar al de las telas claras y Micronsphere, que garantiza ser una tela libre de manchas y conserva su suavidad natural.  
Zegna en México México es un país significativo para la familia Zegna. Aunado a Brasil, es el mercado más importante en América Latina. Sus inversiones, y los resultados de ellas, prometen crecer a doble dígito a lo largo del 2013. Las áreas con mayor empuje son accesorios y prendas deportivas, aunque la marca se dice entusiasmada ante Z Zegna, su línea más joven, con 90% de su producción en México.

 

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