El presidente y CEO de la Renault-Nissan Alliance hace un llamado a la industria automotriz a redoblar sus esfuerzos para hacer de los autos eléctricos asequibles y atractivos.   Post invitado de Carlos Ghosn* El tiempo para el debate ya ha pasado. Si el mundo va a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre, las cuales son responsables del cambio climático global, debemos acelerar la transición a una economía baja en carbono hoy, empezando por un transporte más limpio. Es por eso que los líderes de la industria automotriz mundial han comprometido a sus empresas a la descarbonización del transporte automotor. En un comunicado difundido el fin de semana, 13 CEOs de empresas automotrices se comprometieron a tomar acciones específicas para lograr ese objetivo. La medida es una respuesta a la conferencia del clima COP21 en París. Los compromisos de cada país que conforman el acuerdo de París, por sí mismos no serán suficientes para garantizar una transición sin problemas a una economía baja en carbono. El apoyo de la comunidad empresarial es obligatorio. Y seamos claros: Esa transición se producirá de una manera u otra. Será o bien ser una transición ordenada en las próximos dos o tres décadas, o una desordenada, impulsada por las crisis y las penurias humanas. Cualquier retraso en la adopción de medidas globales sólo asegurará la segunda. Una transición ordenada es aquella que se produce dentro del sistema financiero y económico existente. No amenaza ni abruma a la base de nuestra economía de mercado. No requiere una intervención agresiva del gobierno ni la demanda y control centralizados. Una transición ordenada ofrece una oportunidad para crear muchos ganadores, porque las empresas que se adapten e innoven prosperarán. Hoy en día, 95% de los automóviles dependen de los combustibles fósiles. De la producción total de petróleo del mundo, 64% se usa para el transporte. El número de vehículos en las carreteras del mundo será más del doble de 800 millones actuales, a más de 2,000 millones en el 2050. No podemos seguir dependiendo de los combustibles fósiles para alimentar los vehículos si vamos a evitar los peores efectos del cambio climático. Afortunadamente, hay una manera práctica y asequible para comenzar a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y está disponible hoy en día: Los vehículos eléctricos (VE). Los vehículos eléctricos son los únicos vehículos de cero emisiones que pueden ser alimentados con energía puramente renovable. La Renault-Nissan Alliance ha vendido más de 275,000 vehículos eléctricos; que representan más de la mitad de los vehículos eléctricos en las carreteras del mundo hoy. Y ya que estoy orgulloso de nuestro liderazgo en los VE, sé que no es suficiente. Los vehículos de cero emisiones siguen siendo una pequeña fracción del mercado total automotriz. La buena noticia es que otros fabricantes de automóviles se nos están uniendo con nuevos vehículos eléctricos, híbridos conectables y vehículos eléctricos de celdas de combustible, que ya ayudan a ampliar el mercado de vehículos cero y bajas emisiones. Cuando hay más jugadores hay más competencia, y la competencia estimula la demanda. Igual que de importante es la ayuda de los gobiernos de todo el mundo para estimular la demanda de vehículos eléctricos con diversos incentivos, desde dinero en efectivo para el cambio de modelos viejos y contaminantes, estacionamiento gratuito para VEs y acceso de los vehículos eléctricos a carriles confinados de autobuses y de alta ocupación. La industria se ha comprometido a abogar por éstas y otras políticas que priorizan la reducción de gases de efecto invernadero, incluyendo una mejor planificación urbana que reduce el crecimiento de los viajes. También trabajamos con los gobiernos y las empresas para ampliar la infraestructura de recarga necesaria para que los vehículos eléctricos adquieran tracción. En los lugares donde dichas inversiones han tenido lugar, como Noruega y la ciudad estadounidense de Atlanta, los clientes han reaccionado positivamente y las ventas han crecido rápidamente. Al invertir en innovación ecológica, las empresas pueden crear valor para su futuro mientras juegan un papel importante en la lucha contra las amenazas que representa el cambio climático. De hecho, según el último Informe de Nueva Economía Climática, elaborado por la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima, el mercado mundial de bienes y servicios ambientales de bajas emisiones de carbono vale más de 5.5 billones de dólares. Este tipo de inversión continuará creciendo. Ya ha ayudado a muchas empresas a crear ventajas competitivas, construir estabilidad, y posicionarlos para los retos del futuro. El Secretario General de la ONU dijo recientemente que somos la primera generación en sentir los efectos del cambio climático y la último en ser capaz de hacer algo para detenerlo. Éste es un llamado a la acción, y la industria automotriz se ha comprometido a hacer su parte.   *Carlos Ghosn es presidente y CEO de Renault-Nissan Alliance.

 

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