Por Albert Figueras*

La sostenibilidad es esencial para equilibrar las necesidades actuales sin comprometer el futuro, a la par de preservar el cuidado ambiental, la eficiencia económica y la justicia social. Por ello, se ha convertido en un tema fundamental en la agenda internacional.

Un ejemplo de esto, fue la última Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), celebrada en Dubai en el mes de diciembre, donde se destacaron importantes avances en compromisos financieros, inversiones en transición energética y acuerdos sobre energía nuclear y renovable. Este evento culminó en un acuerdo final histórico al incluir a países productores de petróleo en la discusión, enfatizando una transición ordenada hacia fuentes de energía alternativas.

Ante estas tendencias, los organismos internacionales instan a las empresas a que implementen prácticas sostenibles. Por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) propone una estrategia para 2030 que incluye triplicar la capacidad renovable, duplicar la mejora de la eficiencia energética, reducir la demanda de combustibles fósiles, recortar las emisiones de metano y establecer herramientas de financiación para inversiones en energía limpia en economías emergentes y en desarrollo.

Es aquí donde el papel de la banca se vuelve fundamental para que el mundo pueda cumplir con las diferentes metas que se ha propuesto contra el cambio climático, ya que con los incentivos adecuados y créditos conscientes de estas necesidades, las empresas podrán aplicar mecanismos amigables con el medio ambiente y en pro de la sociedad.

Ahora bien, surge la necesidad de tocar el tema de los desafíos económicos que esto implica. Como lo menciona Jens Mehrhoff, Economista Senior del departamento de Estadística del Fondo Monetario Internacional, la transición a una economía baja en carbono puede aumentar los costos. Sin embargo, señala que también es una oportunidad para mitigar estos a través de políticas inteligentes, ya que al reducir las emisiones se espera que también lo hagan los impactos físicos del cambio climático. Al disminuir los costos asociados con eventos climáticos y otras consecuencias del calentamiento global, también se contribuirá a la estabilidad económica.

Esta postura es respaldada por una investigación realizada por Zeina Hasna, Florence Jaumotte, Jaden Kim, Samuel Pienknagura y Gregor Schwerhoff, integrantes del mismo organismo, que se enfoca en analizar la estimulación económica a través de la innovación verde. El estudio destaca que las tecnologías verdes requieren frecuentemente innovaciones complementarias, lo que significa que un mayor nivel de innovación contribuirá al crecimiento económico.

Por medio de un liderazgo ético, políticas internas consolidadas y transparencia, las instituciones fortalecen la confianza con sus grupos de interés. Este enfoque de responsabilidad social y gobernanza contribuye directamente en mejorar sus operaciones, pero también impulsa la generación de empleo en sectores sostenibles al establecer un compromiso holístico con la sostenibilidad y el desarrollo.

El papel de la banca en una economía sostenible en 2024 y los años venideros es primordial para dirigir la transición hacia prácticas responsables. Promoviendo el financiamiento para proyectos sostenibles, desde energías renovables hasta iniciativas de construcción verde. Al ofrecer productos como bonos verdes e integrar la gestión de riesgos ambientales y sociales en sus prácticas, las instituciones financieras pueden respaldar la sostenibilidad ambiental y promover inversiones responsables.

Además de la financiación, los bancos pueden facilitar la transformación de las empresas hacia conductas más sostenibles mediante el apoyo estratégico y la colaboración con otros actores clave, como gobiernos y ONGs. De este modo, el compromiso de la banca con la sostenibilidad impacta positivamente en el medio ambiente e incluso tiene la oportunidad de desempeñar un papel educativo al fomentar la conciencia sobre la sostenibilidad financiera entre los clientes y promover decisiones financieras más éticas e informadas.

Contacto:
*Albert Figueras, CEO de Banco Sabadell en México

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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