Por Natalí Faxas Las recientes directrices del presidente estadounidense, Donald Trump, con miras a aumentar las deportaciones de inmigrantes indocumentados ha despertado la alarma de unas 11 millones de personas que viven de espaldas a la legalidad en el país norteamericano. La frontera sur de Estados Unidos concentra las medidas más drásticas contra migrantes, convirtiendo a los mexicanos, seguidos de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños que usan la frontera de México con Estados Unidos para cruzar, en blanco más vulnerable de las decisiones de Trump. Las autoridades dominicanas saben que los indocumentados dominicanos corren riesgo de ser deportados, pero también entienden que la diáspora no forma parte de las nacionalidades que pudieran disparar las cifras de deportados desde la tierra del sueño americano, como es el caso de los mexicanos. El canciller dominicano, Miguel Vargas Maldonado, planteó distintos escenarios que se deben esperar que se desarrollen las políticas de Trump para tomar acciones en los casos donde el país pueda verse afectado. Y esa “prudencia” que ha asumido la Cancillería frente a la nueva gestión de la Casa Blanca, no solo aplica para las cuestiones migratorias, sino también para asuntos comerciales. Puedes leer: Seguridad Nacional busca migración segura y legal a EU El único mandato que ahora tienen los seis consulados dominicanos en Estados Unidos es mantenerse “vigilante” a los efectos de estas políticas para con los dominicanos, en materia de preservar sus derechos. “Hasta ahora se han dado instrucciones con los consulados para que cualquier situación que involucre deportaciones que estén fuera del derecho ciudadano será reportado inmediatamente a la embajada y la Cancillería. Hasta ahora no hemos tenido mayores dificultades”, dijo el embajador dominicano en Washington, José Tomás Pérez. Recientemente, el embajador dominicano ante Haití, Rubén Silié, sugirió que ante estas nuevas políticas implementadas en Estados Unidos y la amenaza de deportaciones, el Gobierno estudie ese escenario de repatriaciones a mediano y largo plazo. “Es necesario que preventivamente se establezca una visión oficial que permita dar respuesta a tal eventualidad”, comentó el diplomático asentado en Haití durante un foro sobre migración que celebró en enero el Instituto Nacional de Migración. Esta sugerencia no ha sido asumida. El pasado martes 21 de febrero, el Departamento de Seguridad Nacional hizo pública una serie de directrices para materializar una orden ejecutiva del presidente estadounidense sobre migrantes y refugiados, que en la práctica acelerará los procesos de deportaciones. Estas medidas amplían la salida de los extranjeros indocumentados de Estados Unidos, a excepción de jóvenes que hayan pisado suelo norteamericano siendo menores de edad. Prioriza la deportación de extranjeros que han cometido crímenes, “comenzando por los condenados por un delito” y ordena la contratación de 15,000 nuevos agentes migratorios. Además, amplia las deportaciones aceleradas de indocumentados, así no pasan por un juez, y limita la libertad condicional para los migrantes que tienen pendiente su caso en un tribunal de inmigración. El embajador dominicano, José Tomás Pérez ante Estados Unidos manifiesta que en sentido general las deportaciones aumentarán, porque han ampliado los criterios estadounidenses. Sin embargo, sugiere que las salidas de los dominicanos indocumentados no necesariamente aumenten de manera drástica.  Y lo cree así bajo el entendido de que las deportaciones de dominicanos, que estima son entre 1,500 y 1,900 por año, generalmente suceden a violaciones a la ley. Los crímenes por narcotráfico es la causa más frecuente de expulsión de los criollos. “No creo que vaya a aumentar el número de deportados anual en República Dominicana siempre y cuando no se cambien los criterios, no se quiera deportar de manera generalizada a todo el que este aquí en Estados Unidos”, señaló Pérez. “Si se está deportando, como dice el presidente Trump, a indocumentados con problemas con la justicia, no creo que vaya a aumentar”, comentó el embajador Pérez. Agregó que el único temor que tiene es que vayan a generalizarse el esquema de deportaciones y “todo el que esté aquí de manera ilegal se deporte, aún sin tener antecedentes con la justicia”. La embajada dominicana en Estados Unidos no tiene estimaciones cercanas a cuántos dominicanos indocumentados viven allí.

 

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