Por: Jose Roberto Balmori De La Miyar
Cerramos el primer trimestre del 2022 con pésimas noticias en materia económica. Todo indica que la inflación para el resto del año será cercana a un 5% en los precios al consumidor. Peor aún, la economía continúa ralentizándose, lo que sugiere que concluiremos este año con un raquítico crecimiento económico de menos del 1%. A este fenómeno económico donde hay una alta inflación junto con un estancamiento en el crecimiento de la actividad económica se le conoce como estanflación (stagnation en inglés). A continuación, explico los eventos actuales que han empujado a la economía mexicana hacia una estanflación, así como los riesgos de que esta coyuntura en la economía pueda extenderse para el próximo año.
En primer lugar, el conflicto entre Rusia y Ucrania continúa complicado el escenario de inflación para México. Aunque la región más afectada por dicha guerra ha sido Europa, los precios de los energéticos en la mayor parte de los mercados emergentes como lo es México, han continuado al alza. Debido a que los energéticos son un insumo esencial en prácticamente todos los sectores de la economía, el alza de estos insumos termina impactando tanto a la inflación subyacente (precios de productos o servicios que no están sujetos a decisiones administrativas o estacionales) como a la no subyacente. Asimismo, la interrupción en las cadenas de valor surgidos por los confinamientos para detener el avance de la pandemia del COVID-19, continúa haciendo de las suyas en cuanto a incremento de precios refiere. En particular, podemos esperar que los últimos encierros en Shanghái a causa de la variante Omicrón, sigan ampliando la afectación para todos aquellos productos donde China es un proveedor importante. Cabe destacar que ambos de estos eventos son externos, aunque acaban impactando al nivel de precios en México con la misma fuerza que si fueran internos.
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En segundo lugar, encontramos el estancamiento económico en nuestro país. El nulo apoyo fiscal por parte del gobierno federal durante la pandemia, así como las propuestas de reformas energética y electoral están mermando la confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros. Los cambios en las reglas actuales que permiten la libre competencia en la generación de energía para el caso de la reforma energética, y en la alternancia democrática para el caso de la reforma electoral, están afectando los planes de negocio de muchos empresarios. Cabe destacar que estas caídas en la inversión son generalizadas y no únicas para ciertos sectores de la economía. Por tanto, mientras la agenda del actual gobierno federal continúe enfocada en la política y no en retomar el crecimiento económico, el estancamiento en la actividad económica puede prolongarse aún más.
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Finalmente, en cuanto a los riesgos de una prolongada estanflación para México refiere, podemos encontrar la radicalización de posturas ideológicas de diferentes actores políticos, así como la degradación en la seguridad pública y jurídica en nuestro país. Si estás condiciones en la política continúan, será difícil alcanzar el nivel de actividad económica que traíamos antes de la pandemia para el 2023. Es decir, nos tomará todo el sexenio llegar a un nivel de generación de valor agregado igual que al que teníamos en el 2018. Todo esto a pesar de que estamos en la cúspide del bono demográfico en nuestro país y en una coyuntura geopolítica donde diversas empresas están saliendo de Asia para buscar regiones más cercanas a Estados Unidos. Es imperativo para el gobierno federal y para el Banco de México buscar soluciones de política pública y monetaria que nos permitan salir lo antes posible de la estanflación actual. Solo así mejorará la condición económico de todos los mexicanos.
Contacto:
Dr. Jose Roberto Balmori, Director de los programas de licenciatura de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.
Twitter: @jrbalmori
