BUCAREST, Rumania.- Ismael Torrentera, otro de los 63 mexicanos que volará la mañana del martes 15 de marzo desde el aeropuerto de la capital de Rumania a México, asegura que comenzó a vivir en incertidumbre luego de que su suegro le avisara que la guerra había comenzado.
“Mi suegro es el que radica y vive actualmente en Sumy, una región afectada por bombardeos de las tropas de Rusia”, dice el mexicano, quien logró salir de Kiev, Ucrania, con su esposa de aquella nacionalidad y una sobrina.
El nacido en Tlaxcala recuerda que un día previo al inicio de la invasión del Ejército Ruso a Ucrania recibió una llamada a las seis de la mañana por parte de su suegro, quien le informó: ‘La guerra ha iniciado’.
“A partir de esa llamada comencé a vivir un momento de incertidumbre grande y fue que a las siete de la mañana de ese día escuchamos la primera explosión en Kiev”, apuntó Ismael Torrentera.
“La explosión de las bombas es un sonido que perturba y no sabes de dónde viene y por primera vez escuchar una sirena de emergencia es un momento en que te bloqueas y no sabes qué va pasar”, agrega.
El mexicano agradeció la ayuda y el compromiso del gobierno mexicano, especialmente de Olga García Giillén, embajadora de México en Ucrania, con quien tuvo una comunicación estrecha.
“Yo no puedo hablar de una situación crítica en la capital de Ucrania, Kiev, porque de momento está bien”, añade.
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“En la primera solicitud del gobierno de México no decidimos evacuar Kiev, porque la vida era tranquila, no había una situación que alertara para decir vámonos”, comenta el mexicano, quien estuvo en la embajada de México en Rumania.
Durante el segundo llamado igual y al ver la actividad cotidiana y normal en la capital, pues tomé la misma decisión entre nosotros —mi esposa que es ucraniana y mi sobrina—, que definimos qué hacer: “O nos vamos o nos quedamos”.
Al final viendo toda la situación, de cómo transcurría, fue que nos dimos a la idea de que la invasión va para largo y no sabemos cuándo terminará, concluye.
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