“Entre más hacen (los bancos centrales por estimular la economía y los mercados) empeoran la situación”, señala Rogers.   En este espacio damos seguimiento puntual a las apariciones públicas de uno de los inversores más famosos de Wall Street, Jim Rogers –el gurú de las materias primas–, a quien, por cierto, ya hemos entrevistado. Jim es un viejo “lobo de mar” que ha hecho su fortuna en los mercados de acciones, bonos, divisas, commodities, etc., por lo que sus advertencias no las debemos pasar por alto. En una de sus más recientes entrevistas, Rogers dijo a CNN que, de plano, el mundo tiene “un montón de académicos y burócratas que no tienen idea de lo que están haciendo”. Se refiere, por supuesto, a nuestros políticos y gobernadores de los bancos centrales, que con sus políticas de “estímulo” supuestamente pretenden hacer crecer la economía. Grave error. En realidad, nos dice Rogers, en su origen los bancos centrales fueron creados para tener una “divisa estable” y fungir como prestamistas de última instancia en momentos críticos, cuando la gente está desesperada. No obstante, eso ha cambiado. Ahora –asegura el inversor estadounidense–, los bancos centrales trabajan bajo la idea de que están para hacer subir los mercados bursátiles y mantener los mercados financieros. Esto significa que su trabajo ahora sirve “para que los brokers conserven sus Lamborghinis”, algo que, con razón, califica de “indignante”. El problema es que nada de esto soluciona el problema de fondo: el exceso de deuda, crédito y consumo en la economía. De manera que gobiernos y autoridades monetarias pretenden combatir la enfermedad con más de lo que la provocó, algo que aquí hemos criticado con mucha severidad y advertido de sus consecuencias. Rogers hace lo propio. Los bancos centrales “entre más hacen (por estimular la economía y los mercados) empeoran la situación”. Las rondas de estímulo monetario conocidas como “flexibilización cuantitativa” (QE, en inglés), no han funcionado; no obstante, continúan intentando revivir la economía llegando al extremo. Por ejemplo, ya cunden en buena parte del mundo desarrollado las tasas de interés negativas –como en Europa, Japón, Suiza, etc.–, pero al igual que las tasas en cero y las inyecciones de liquidez, fracasarán. Lo malo, afirma Rogers, es que todos pagaremos un precio muy alto por la incompetencia de los banqueros centrales. Jim lanza una advertencia: “Esto va a ser un desastre al final, deberían estar muy preocupados y preparados.” La conductora le cuestionó sobre qué pensaba que ocurrirá entonces, a lo que Rogers contestó que si los bancos centrales dicen “los vamos a salvar” de nueva cuenta, las bolsas de valores van a subir. Pero el resto de este año y el siguiente “vamos a tener momentos terribles en los mercados financieros”. Los bancos centrales seguirán tratando de hacer algo. Piensa que ya no le llamarán “flexibilización cuantitativa” a sus programas, para no parecer locos, pero quizás hasta compren acciones de forma directa para levantar las bolsas. A propósito, Jim subraya que los mercados accionarios en Estados Unidos acumulan más de siete años al alza, algo que “no es normal”, puesto que tienen que ocurrir correcciones (bajas) y desaceleraciones económicas. “Ésa es la manera en que el mundo siempre ha funcionado, pero estos muchachos creen que son más inteligentes que el mercado. No lo son.” Como queda claro, la vieja recomendación de prepararse en tiempos de calma –como el que en apariencia se vive en el tipo de cambio del peso frente al dólar– para la tormenta es más vigente que nunca.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @memobarba Facebook: Inteligencia Financiera Global Blog: GuillermoBarba.com   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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