Por Guillermo Escobar* Estamos ante un nuevo entorno económico, donde la innovación en tecnología ha permitido a todo tipo de comercios incrementar su oferta de servicios y mejorar la experiencia de compra de sus clientes; cada vez es más común que los comercios abran una tienda virtual y se sumen a la tendencia del comercio electrónico (e-commerce). Según datos de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), el comercio electrónico en México generó ventas por más de 257,000 millones de pesos en 2016. Sin duda, el canal digital se ha convertido en una fuente adicional de ingresos y una forma de llegar a segmentos del mercado que tiene hábitos de compra distintos, en los que la digitalización y el uso de dispositivos móviles son fundamentales. Los canales y medios para realizar una compra electrónica han evolucionado de forma importante en los últimos años, empezando en los años 50’s y 60’s con la aparición de las tarjetas de crédito que permitieron iniciar una carrera inexorable contra el uso del dinero en efectivo. La preponderancia del uso de tarjetas para realizar todo tipo de compras fue posible, porque significó para el consumidor, una forma más sencilla y segura de pagar, y para los comercios, una forma más eficiente y segura de manejar sus ventas. Evidentemente esto requirió un esfuerzo importante de todos los jugadores de la industria de pagos para adecuarse a esta nueva manera de operar. Desde entonces hemos visto la aparición de una serie de innovaciones a la forma en que pagamos, como la introducción de la banda magnética, el chip y la firma electrónica, tecnologías hoy de uso cotidiano en México. Sin embargo, otras tecnologías, como son los pagos sin contacto con tarjeta o desde un dispositivo móvil o cualquier otro como podría ser un anillo o pulsera, ya de uso común en otros países, aun no tienen una adopción importante en nuestro país. Por ejemplo, en Australia más del 70% de los pagos se realizan a partir de tecnologías sin contacto.  Recordemos que el propósito de la introducción de estas nuevas tecnologías está pensada en ofrecer a consumidores y comercios, la posibilidad de realizar transacciones más rápidas, convenientes y seguras. Ahora bien, para que esto sea una realidad requerimos que todos los que participamos en la industria de pagos, pongamos de nuestra parte para desarrollar la infraestructura y los modelos de negocio que los hagan viable. En Mastercard, junto con nuestros socios de negocio, estamos trabajando en acelerar la introducción de estas nuevas tecnologías, a la vez que trabajamos en acelerar la incorporación de todo tipo de comercio a nuestra red de aceptación. De tal forma que nuestros tarjetahabientes tengan la posibilidad de realizar transacciones comerciales seguras utilizando el dispositivo de su elección, en el comercio de su elección, sin importar si se trata del transporte público, un taxi, una fonda, o la tienda de la esquina; y claro sin importar en qué lugar del mundo se encuentren, ya sea una gran ciudad o un poblado con menor infraestructura. El reto es generar una propuesta de valor atractiva para el comercio, de tal forma que vean en los medios de pago una herramienta de crecimiento pues es un método más seguro y conveniente que reduce el riesgo implícito en el manejo de dinero en efectivo, al mismo tiempo que mejora la administración del negocio, pues permite un mayor control de los ingresos generados por las ventas de productos o servicios. *Guillermo Escobar es Vicepresidente de Desarrollo de Mercado de Mastercard México y Centro América.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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