Por: Jose Roberto Balmori

Hace pocos días recibimos la trágica noticia de la muerte de 53 migrantes que fallecieron en la caja de un trailer con placas clonadas, a las afueras de la ciudad de San Antonio en el estado de Texas. De los migrantes perecidos, únicamente 35 han sido identificados por las autoridades. Hasta ahora, una veintena de las personas han sido catalogadas como mexicanas, diez como guatemaltecas, y cinco como hondureñas. Una extrapolación para el resto de las personas no identificadas supone que la mayoría de los migrantes fallecidos eran mexicanos. Esta noticia prende alarmas sobre el ascenso de la migración ilegal mexicana hacia los Estados Unidos, algo que no se veía en décadas. A continuación, expongo evidencia que indica un cambio de tendencia en la migración ilegal de los mexicanos hacia Estados Unidos, con base en información demográfica, de remesas y de deportaciones.

Primero, sabemos con base en información demográfica de encuesta en Estados Unidos, tales como el Current Population Survey y los censos decenales, que el máximo de migrantes mexicanos (aquellos que nacieron en México) se alcanzó en el 2007, con un total de 12.8 millones de mexicanos residiendo en Estados Unidos, según cálculos del Pew Research Center. Desde entonces, el número de migrantes mexicanos ha ido a la baja, alcanzando 11.4 millones de connacionales residiendo en el país vecino del norte justo antes del inicio de la pandemia. Este descenso se debe primordialmente a la estabilidad económica que se vivió en México durante este periodo, así como a la reducción dramática en la tasa de fertilidad. Sin embargo, la tendencia en el número de mexicanos residiendo en Estados Unidos está cambiando. Con base a las estadísticas de visas de trabajo temporal para trabajadores agrícolas (H-2A), sabemos que el número de migrantes mexicanos ha ido en aumento durante la pandemia. Asimismo, un análisis de BBVA Research sugiere que el número de migrantes mexicanos empleados en Estados Unidos paso de 7.4 millones, justo antes de la pandemia, a 7.6 millones en febrero de este año.

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Dicho cambio de tendencia demográfica coincide con las cifras de flujos de remesas. El mes pasado marcó una racha de 25 meses consecutivos con alzas anuales en las remesas. Estos incrementos iniciaron justo en la parte más crítica de la pandemia, en mayo del 2020. En total, sabemos que hay un alza de 20% en los flujos totales de remesa, los cuales ya sobrepasan los 5,000 millones de dólares mensuales. Aunque nuestros paisanos en el extranjero están ganando más debido a desequilibrios en los mercados laborales en Estados Unidos, mucho de estos incrementos se deben a un mayor número de mexicanos migrando hacia los Estados Unidos. De acuerdo con información de BBVA Research, en mayo de este año se efectuaron 13.6 millones de operaciones, con un promedio de 380 dólares, para un total de 5,172 millones de dólares enviados de Estados Unidos hacia México. Esto nos da una pista de que el número de operaciones va hacia el alza, lo que indica al mismo tiempo un mayor número de remitentes.

Asimismo, las estadísticas de deportaciones sugieren que hay más mexicanos tratando de cruzar la frontera con Estados Unidos. Según datos del Pew Research Center, entre abril de 2020 (al inicio de la pandemia) y marzo del 2022, más de un millón de mexicanos han sido deportados. De hecho, en marzo se alcanzó una cifra histórica en las detenciones de migrantes en Estados Unidos para un solo mes, por un total de 221,000 encuentros, de los cuales 87,000 eran mexicanos. Aunque mucho de este aumento en deportaciones se debe a la orden ejecutiva para el uso del Título 42 por parte de la pasada administración del presidente Donald Trump, los flujos migratorios de la región también han causado un aumento dramático de deportaciones.

El deterioro económico por la estanflación que estamos sufriendo en el país, así como la descomposición social por el alza en el fenómeno del crimen y por la polarización política, comienzan a cobrar factura para muchos mexicanos. Nuestra sociedad está expulsando a miles de connacionales por falta de oportunidades, así como por la catástrofe institucional y de seguridad que vive el país. El gobierno federal debe de tomar cartas en el asunto y dejar de vanagloriarse por el aumento en las remesas. Es decir, cada record en flujos migratorios y de remesas solo indica que nuestros políticos son incapaces de brindar las condiciones económicas, sociales e institucionales necesarias para que los jóvenes mexicanos puedan alcanzar un nivel de bienestar mínimo en nuestro querido México.

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Contacto:

Jose Roberto Balmori. Director de los programas de licenciatura de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México

Twitter @jrbalmori

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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