Digamos que 2018 no fue el mejor año para Facebook. La aseveración no tiene que ver con sus finanzas, puesto que tuvieron un incremento del 37% comparado con el año pasado, alcanzando ganancias brutas por encima de los 55 mil millones de dólares. Tampoco tiene que ver con el crecimiento de la plataforma, cuyos números indican que al menos 1500 millones de personas utilizan una vez al día al menos alguno de los servicios de la familia de Facebook o bien, que 2.2 mil millones de personas se conectan al menos una vez al mes a la plataforma, lo que en ambos casos indica un crecimiento de 9% YoY. La crisis llegó por otro lado, por la forma en la que la Facebook fue utilizada y las implicaciones sociales que tuvo, particularmente con la democracia y las elecciones. La crisis de confianza y credibilidad que tuvo la red social y sus productos asociados se desató a partir del escándalo por Cambridge Analytica y su papel en la campaña del entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Ello propició que la empresa y su fundador fueran llamados a comparecer ante el Congreso de aquel país y que, además, se iniciaran investigaciones en prácticamente todo el mundo para determinar que tanto las redes sociales eran capaces de influir en los votos a través de estrategias al borde la ética como noticias falsas y la creación de burbujas de información. A partir de los señalamientos, Facebook endureció sus políticas sobre distribución de contenidos y volvió mucho más rígidos los estándares sobre lo que puede publicarse. Ello le ha llevado a firmar una serie de convenios y acuerdos de colaboración con varios países, México entre ellos, aunque en apego a la verdad, sólo plantean buenas intenciones, pero no una metodología, ni tampoco un protocolo concreto para realmente combatir a las noticias falsas. Resulta interesante, sin embargo, la forma en la que la plataforma está reaccionando a partir de las duras críticas y la ola de desconfianza que se ha formado a su alrededor. Así, ha puesto en marcha un programa académico de becas que financian estudios sobre el papel de las redes sociales en la democracia y los procesos electorales. Hasta el momento son 12 proyectos seleccionados entre los que destacan 2 de Chile y 1 de Brasil. Además, la red social ha establecido alianzas con diversos medios de comunicación para verificar la información noticiosa y electoral que circula en sus plataformas tales como Verificado en México o Reverso en Argentina, cuya principal labor era luchar contra las noticias falseadas. Además, Facebook recién celebró una reunión con expertos latinoamericanos con el fin de crear un Consejo Asesor de Contenido, cuyas decisiones serán vinculantes a las políticas sobre contenido en la red social. El fenómeno de las noticias falseadas es difícil de combatir dadas las condiciones de la propia plataforma y de las estrategias que implican, tales como el comportamiento falso coordinado, por ello el equipo de Zuckerberg busca en la academia soluciones que le permitan seguir con el modelo de negocios de la red social y al mismo tiempo, combatir la desinformación y crear mecanismos de validación de información, que protejan los datos de los usuarios y permitan una mejor interacción con la información, principio fundamental de cualquier democracia.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @sincreatividad Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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