Las oportunidades laborales para los jóvenes en México son diferentes según el nivel socioeconómico de la familia de origen, la región donde se creció y características como el sexo, tono de piel o condición de discapacidad, aun entre personas con el mismo nivel educativo.

Un estudio realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesas (CEEY) identificó algunos factores que afectan la probabilidad de que los jóvenes puedan conseguir su primer trabajo formal, esto fue lo que encontró:

  • La probabilidad de tener un primer empleo formal si el padre fue trabajador en el sector informal se reduce en 40%.
  • La probabilidad de tener un primer empleo formal para las personas que provienen de la región sur disminuye 36%.
  • La probabilidad de tener un primer empleo formal para las personas que nacieron en hogares pobres baja en 16%.

“Las oportunidades de tener una trayectoria laboral exitosa no son las mismas para todos los mexicanos; los más desfavorecidos tienen significativamente menos oportunidades. Lo anterior es parte de la razón por la que hay baja movilidad social en México. El contexto es uno de desigualdad económica persistente en el tiempo”, destacó el CEEY en su reporte.

El think tank detalló que la probabilidad de acceder a empleos mejor remunerados es menor entre la población que proviene de hogares con bajos niveles socioeconómicos, donde el padre era un trabajador informal, entre la población femenina, y en aquella con tono de piel más oscuro.

Además, agregó que la calidad del primer empleo (formal frente a informal) de los egresados del nivel educativo medio superior está correlacionada con el grado de marginación del municipio donde se cursó el bachillerato y con el nivel educativo de los padres.

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El estudio señaló que en México un porcentaje importante de los jóvenes consigue trabajo gracias a los contactos y recomendaciones de familiares, amigos y conocidos.

Por lo anterior, agregó, aun entre personas con el mismo logro educativo, el acceso al empleo formal depende sobremanera del nivel socioeconómico del hogar de origen.

“La informalidad laboral está extendida y arraigada en la economía. Basta que las condiciones de origen sean algo desfavorables para que los jóvenes entren al mercado laboral a través de un empleo informal, y queden atrapados en el círculo vicioso de empleos precarios”, puntualizó.

El CEEY indicó que las empresas pueden ser motores para una mayor movilidad social a corregir esta alta desigualdad en las oportunidades laborales.

Las empresas que operan formalmente podrían gestionar sus recursos humanos con base en la equidad de trato y la igualdad de oportunidades, por lo que el centro de investigación propone:

  • Dar igualdad de oportunidades a jóvenes de diversos orígenes en pasantías.
  • Difundir las vacantes entre grupos amplios y evitar sesgos subjetivos en las contrataciones
  • Ofrecer equidad de pago, prestaciones y horarios en puestos de mismo nivel.
  • Capacitar a personas con desventajas para promover su ascenso.
  • Facilitar esquemas que permitan el cuidado de la familia.

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