Los padres de uno de los alumnos fallecidos en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Ciudad de México piensan tomar acciones legales en contra de la escuela tras la muerte de su hijo. Juan Carlos Álvarez Díaz-González fue uno de los cinco estudiantes que murieron después de que los puentes peatonales que unían dos edificios en el campus capitalino se derrumbaran durante el terremoto de 7.1 grados que sufrió la capital del país, el pasado 19 de septiembre de 2017. “Muy probablemente (tomaremos acciones legales)”, reveló  Juan Carlos Álvarez Blanco, padre del alumno fallecido, en entrevista con Forbes México. El padre de familia contó que, tras el sismo, acudieron a las instalaciones académicas ubicadas en avenida Periférico  y calle Puente. Durante el proceso de búsqueda de su hijo, Álvarez Blanco se enfrentó al hermetismo y desinformación por parte de la institución. El Tecnológico de Monterrey respondió a Forbes en un correo electrónico que “vamos a estar cerca de ellos. Y actuaremos siempre conforme a derecho”. En el mensaje, la institución recordó que el Campus tiene más de 25 años, y en su proceso de construcción estuvieron involucrados diversas empresas, así como especialistas en estructuras y Directores Responsables de Obra en distintas etapas, aunque no detalló cuáles. “Estamos en el proceso de reunir toda la documentación relacionada con la finalidad de evitar especulaciones ni adelantar juicios. Tan pronto como tengamos los datos completos los daremos a conocer a nuestra comunidad y a la sociedad en general, somos los principales interesados en tener claridad. Queremos evitar cualquier prejuicio sobre los involucrados”.   La búsqueda Álvarez Blanco recuerda que ninguna autoridad de la escuela proporcionaba información, pero había estudiantes con altavoces acomodando a la gente. Pidieron a una alumna que voceara a Juan Carlos, pero no tuvieron éxito. “Había mucho caos y desorden, porque nos habían dicho que no había heridos y después agruparon en una isla a la gente herida”. Minutos antes del terremoto, Juan Carlos envió un mensaje donde informaba que se quedaría a comer en el campus porque tenía que estudiar. “Entonces nos dirigimos a la cafetería, donde se supone que comía, y fue cuando nos percatamos que los puentes habían colapsado. Nos quedamos ahí porque oímos a varias personas del Tec en la zona de los puentes diciendo que había gente atrapada. Nos sentamos en unas banquitas y ahí nos quedamos”, relató el familiar. Algunos alumnos, incluso, trataron de remover escombros y terminaron lastimados. Pararon la búsqueda con ellos. Entonces el Tecnológico de Monterrey dijo que “no podían hacer nada” y que debían esperar  a Protección Civil, que iba en camino junto con Topos y perros de rescate. Una funcionaria preguntó al equipo de seguridad dónde podían refugiarse los padres de Juan Carlos,  pero éste respondió que “todos los edificios están en muy mal estado, que no era conveniente entrar en ningún edificio”. Fue hasta la 1:30 de la mañana del 20 de septiembre cuando se les pidió que fueran a reconocer el cadáver de su hijo.   Contacto, por WhatsApp El padre del estudiante recibió varios mensajes vía WhatsApp, incluido dos del presidente del Tecnológico de Monterrey, Salvador Alva, en el que lo invitaba al homenaje póstumo de los estudiantes fallecidos. “No fue ni siquiera por vía telefónica”, recuerda Álvarez. “En ese momento, declino la invitación, le digo que no íbamos a asistir, y que no pusieran fotografías de mi hijo”. Alva insistió incluso el lunes 25 de septiembre por la mañana sin éxito. A preguntarle al Tecnológico por qué eligieron la aplicación móvil como forma de contacto, respondieron que han “estado muy cerca de todas las familias, de manera presencial, por teléfono, por todos los medios que podemos estar, tanto de las de los fallecidos como de aquellos alumnos que se encuentran delicados de salud. Nuestra intención es que se apoyen en la institución, que se sientan acompañados para lo que ellos necesiten”. El jueves 28 de septiembre, Álvarez Blanco habló con el rector. Él le explicó que iban a hacer una reunión con los padres para revisar los hechos en el colegio y por qué se cayeron los puentes, además de que los acompañaría una organización llamada “México Transparente”. El padre del alumno fallecido respondió que no tenía nada que hacer ahí y que seguían con el duelo. La escuela insistió sin éxito. Ese mismo día por la noche, Álvarez recibió otro mensaje vía WhatsApp de Alva donde dijo que ya se cumplían los nueve días de luto, y que él y Rashid Abella, vicepresidente de la región Ciudad de México del Tecnológico de Monterrey, estaban disponibles para hablar con él y su familia. Al preguntarle a la institución académica que preside Alva si indemnizarán a los padres de los alumnos fallecidos, el Tecnológico respondió que “no hay acciones que aminoren el dolor que pasan las familias, queremos que se sientan acompañados para lo que ellos necesiten. Queremos tenderles una mano y que ellos nos sientan cerca para apoyarlos”. El padre de Juan Carlos Álvarez dijo que tiene “plena confianza” en las autoridades mexicanas en que harán todo lo posible para aclarar las cinco muertes que hubo en el Campus Ciudad de México.

El Tecnológico de Monterrey estableció un plazo máximo de dos semanas para recibir los peritajes y saber por qué colapsaron los puentes de su campus durante el sismo que dejó al menos 360 muertos en la Ciudad de México, Puebla y Morelos.

 

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