Yellen y el resto de funcionarios de la Fed están debatiendo qué condiciones económicas podrían sentar las bases para un aumento de tasas.     Reuters SAN FRANCISCO/NUEVA YORK  – La Reserva Federal continuará reduciendo su programa de compra de bonos, pero por debajo de la superficie de una esperada decisión unánime se encuentra una Fed profundamente dividida que lucha por sentar las bases de cara a las difíciles decisiones futuras. La presidenta de la Fed, Janet Yellen, dio una pista de la agenda del banco central de Estados Unidos hace un par de semanas al exponer tres “grandes” temas que necesitan un seguimiento: el nivel de flacidez del mercado laboral, el hecho de si la inflación está aumentando de nuevo hacia la meta de la Fed del 2 por ciento y los factores que podrían hacer descarrilar la recuperación económica. Inesperados “giros”, dijo Yellen, podrían obligar a la Fed a modificar su plan para terminar con las compras de activos a finales de este año y elevar las tasas de interés en 2015. Yellen y el resto de funcionarios de la Fed están debatiendo qué condiciones económicas podrían sentar las bases para un aumento de tasas, si la Fed debe empezar a dejar que su balance se reduzca antes o después de que actúe para hacer subir los costos de endeudamiento y si debe responder ante la posibilidad de burbujas de activos en algunos mercados. Los funcionarios de la Fed, que se reunirán el martes y el miércoles, discrepan fuertemente de las respuestas a estas preguntas y, en consecuencia, sobre el mejor plan a largo plazo para un alza de las tasas. Sin embargo, a diferencia del Banco Central Europeo (BCE), que se enfrenta a una amenaza de deflación, los funcionarios del banco central de Estados Unidos están bajo poca presión para dar un giro rápido a su política monetaria. “Dudamos de que surja una modificación importante” en la declaración de política monetaria de la Fed, dijo Annalisa Piazza, estratega de renta fija de Newedge. La declaración, que se dará el miércoles en la clausura de la reunión, no será acompañada por nuevas previsiones económicas o una conferencia de prensa, eventos que forman parte únicamente del programa trimestral. Datos recientes han corroborado gran parte de la presunción de la Fed respecto a que una desaceleración económica a mediados del invierno boreal se debió a un inusual clima gélido en grandes zonas de Estados Unidos. Las condiciones del mercado, además, no están amenazando con socavar el impulso de la mayor economía del mundo. Esta relativa estabilidad hace que la decisión de la Fed sea fácil, por lo que recortará sus compras mensuales de bonos en 10,000 millones de dólares por cuarta reunión consecutiva. Esto dejaría las compras en 45,000 millones de dólares y pondría a la Fed en mitad de su camino para poner fin al programa de alivio cuantitativo.

 

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