Claudia Curiel y su equipo van por la segunda edición de Bestia, festival que contempla una oferta cultural y musical extrema, diferente y clara en la Ciudad de México, que además sea rentable.   En México hay una sobreoferta de festivales musicales, para todos los gustos, conceptos y colores, que hacen cada experiencia particular y distintiva. Sin embargo, éstos pueden dividirse en dos: los “culturales”, auspiciados por instituciones públicas, y los masivos, que tienen un patrocinador grande (usualmente una cervecera) tras de sí y que traen a todas las bandas internacionales del momento. Para Claudia Curiel, un programa como el que contempla el Festival Bestia no sólo era necesario sino que además se convierte en una idea clara, sólida y cuidada en su curaduría, que no necesita estar inscrito en ninguno de los dos esquemas arriba mencionados. Dicen que no existe el éxito repentino, y que a toda empresa rentable le lleva su tiempo consolidarse. Platicamos con la directora de uno de los festivales más particulares e inteligentes del país para conocerlo a fondo. Dicen que de lo bueno, poco, y de acuerdo con Curiel, quien no es ninguna novata en la organización de festivales (ha colaborado de cerca en el fmx, el FICUNAM, Radar o el FICCO), la cuestión principal detrás de Bestia no es generar dinero a raudales, ya que se trata de un evento de nicho, en donde el jazz más experimental y el metal más refinado y abstracto se cruzan con las artes gráficas, el cine e incluso las discusiones de género. En su edición pasada, Bestia se estrenó con un concierto inolvidable en el Museo Anahuacalli a cargo de John Zorn, el saxofonista y compositor neoyorquino, insignia de la escena experimental de Nueva York. Este año, el festival extiende sus actividades y mejora en calidad, propuesta y discurso: “Bestia tiene un tinte más metalero, es música que a mí y a los que hacemos este festival nos gusta; no estamos apelando a las grandes masas, pero sí se trata de ver la oferta cultural y buscar una síntesis de colaboraciones con el sector público y privado que también sea mercadeable, que no se quede en el nicho nada más.” Levantar un festival, de la magnitud que sea, no es tarea sencilla, más aún cuando no tienes todo el cobijo de las instituciones culturales, pero tampoco el de los patrocinadores, que suelen querer “contaminar” los eventos con edecanes, activaciones un tanto absurdas y estridencia que le restará identidad a tus presentaciones. Para Curiel, el asunto es claro: “No nos da miedo colaborar con marcas, porque tenemos nuestra oferta muy clara y cuidada. A diferencia de otros festivales que son auspiciados, aquí sí hay que recuperar taquilla. Aquí hay gente que está apostando recursos, sobre todo en un entorno en donde hay reducción de presupuestos a nivel de oferta cultural. Y traer a artistas como John Zorn, Marc Ribot o Neurosis en este esquema híbrido es algo que no se había dado tanto en México. Es una apuesta que camina en un contexto de reducción de ofertas públicas, por un lado, y de sobreoferta de festivales culturales comerciales, por el otro.” La claridad y contundencia ha logrado que el gobierno del DF le apueste a Bestia, a través del Fondo Mixto para la Promoción Turística, al igual que Cerveza Indio y Fundación Banorte, entre un nutrido y selecto número de instituciones, medios y aliados. El año pasado, el festival Bestia atrajo a poco más de 2,000 asistentes. Para esta edición se aspira a duplicar la cifra, en buena medida por el aumento de actividades en su programa, que además están enmarcadas en recintos únicos donde la calidad de sonido y el cuidado de la experiencia son dos prioridades básicas.   El menú Así, del 19 al 23 de noviembre se darán cita diversos eventos para propios y extraños que gustan de las extremidades musicales, el cine documental y las artes gráficas: –  Tres sets cortos enfocados al jazz y la improvisación. Teatro de la Ciudad, con dos duetos (Ray Anderson & Bob Stewart, Han Bennink & Terrie Ex) y un solo a cargo del guitarrista Marc Ribot. –  Tres clínicas para batería, guitarra y bajo, dirigidas a músicos y público en general impartidas por Han Bennink, Terrie Ex y la bajista Mariana Flores. –  En la Biblioteca Vasconcelos habrá un concierto acústico, en donde se presentará un solo de Han Bennink y Mariana Flores en el contrabajo. –  Concierto de Metal, el plato fuerte con la banda californiana Neurosis, a la que precederán The EX, Monogatari y ( SIC ) en la parte de teloneros mexicanos. Sábado 22 de noviembre en el Centro Cultural Estación Indianilla, a las 21:00 horas. – Además habrá muestras gráficas, proyección de documentales en distintas sedes de la ciudad y una mesa de discusión. Los objetivos a largo plazo para Curiel se encuentran aterrizados: “Crecer a nuestro ritmo, aferrarnos a la identidad y generar público. Jamás va a ser masivo; es un regalo muy especial y con mucho cariño para la ciudad (…). Es un festival que no tiene mayor compromiso más allá que hacer lo que nos gusta de verdad y con calidad.” [vimeo id=”110208135″ width=”620″ height=”360″]   Twitter: @Raika83 Mail: [email protected]

 

Siguientes artículos

Hay películas que se te cruzan por el camino
Por

El cineasta peruano Javier Corcuera presentó su proyecto más reciente, Sigo siendo (2013), en la novena edición del Docs...