Por Arturo Solís y Mauricio Hernández El próximo gobierno de México pretende honrar los compromisos financieros para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y usaría estos recursos para edificar la opción aeroportuaria adecuada para el país. “Los bonos que están comprometidos se utilizarán en otra cosa, en la construcción de la opción adecuada”, reveló el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, en entrevista con Forbes México. Durante su carrera presidencial Andrés Manuel López Obrador prometió cancelar el proyecto de infraestructura más ambicioso de la actual administración priista. En su lugar, propuso ampliar el aeropuerto militar de Santa Lucía con la construcción de dos pistas adicionales. La empresa estatal Grupo Aeropuertuario de la Ciudad de México emitió  6,000 millones de dólares en bonos verdes, entre 2016 y 2017. También lanzó un Fideicomiso de Inversión en Energía e Infraestructura (Fibra E) por 30,000 millones de pesos en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). En agosto de 2018, Jiménez Espriú y el próximo presidente de México revelaron que la cancelación del NAIM costaría 100,000 millones de pesos, de los cuales, 60% sería por obras realizadas y 40% por gastos no recuperables de contratos firmados.  En aquella rueda de prensa, Jiménez Espriú detalló que la cancelación provocaría negociaciones con acreedores y contratistas, un impacto “considerable” en el presupuesto federal de 2019, por la aceleración en el pago de los compromisos financieros adquiridos, “y un posible impacto negativo en los mercados financieros”. Durante la conversación ocurrida en el Foro Forbes 2018, el ingeniero mexicano recordó que el avance total del Nuevo Aeropuerto es de 20%, según la gerencia del proyecto, y de continuar, se terminaría hasta 2023, con un costo aproximado de 300,000 mdp. Agregó que pase lo que pase, es necesario rehabilitar el actual aeropuerto internacional Benito Juárez, pues se encuentra en un “franco deterioro”. Esta inversión tiene que ocurrir  porque la terminal continuará operaciones durante todo el sexenio de López Obrador. Al tiempo que desconoce los resultados de las encuestas recientes sobre el nuevo aeropuerto, Espriú aseguró que se consultarán públicamente todas las obras de infraestructura —como el Tren Maya—, mientras preparan una en la que los ciudadanos eligan cuál de las dos opciones aeroportuarias, el proyecto de Texcoco o la ampliación en Santa Lucía, conviene más a nuestro país, pero el ingeniero mexicano no quita el dedo del renglón: “Vamos a honrar los compromisos que tenga el país en todos los órdenes”.

 

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