La reforma presentada el año pasado en medio de una inconformidad social a causa de la crisis económica permanece bajo el escrutinio del organismo, pues exige que reduzca el número de contratos y establezca uno permanente que apoye a la antigüedad.   Reuters MADRID  – El Fondo Monetario Internacional sumó presión sobre el Gobierno español al instar una profundización de la polémica reforma laboral introducida el año pasado, en medio de un creciente malestar social por las medidas económicas y escándalos de corrupción. Al igual que Bruselas, el FMI recomienda reducir la dualidad del mercado laboral español -la alta proporción de empleos temporales frente a los indefinidos-, aumentar la flexibilidad salarial e incentivar el empleo entre los jóvenes y los trabajadores no calificados. “El peso del ajuste sigue cayendo sobre el empleo (sobre todo el temporal y los jóvenes) más que en los salarios”, dijo el FMI en un informe sobre España. “Un ajuste (a la baja) de salarios más rápido probablemente haría que menos gente pierda el trabajo (o consuma menos por temor a este riesgo) y se contraten más desempleados”, agregó. El FMI insta a España a “reducir enormemente el número de contratos”, recuperando la idea defendida por algunos analistas y organismos de establecer “un contrato permanente con costes de despido inicialmente bajos y que aumenten progresivamente con la antigüedad en el trabajo”. A pedido de Bruselas, el Gobierno español realizó una revisión de la reforma laboral de 2012 -que entre otros elementos reducía considerablemente el coste del despido-, con la conclusión de que solo son necesarios “ajustes menores” para reducir la burocracia en la contratación. La ministra de Trabajo presentó el viernes las conclusiones del análisis de la reforma laboral señalando que la nueva normativa ha contribuido a evitar la destrucción de 225,000 empleos en su primer año de aplicación. Aunque el desempleo, la cara más dramática de la profunda crisis económica en España, ha cedido ligeramente en los últimos meses, se encuentra aún por encima del 26% de la población activa, y tanto el Ejecutivo como los principales organismos internacionales creen improbable que se produzca una reducción importante en el mediano plazo. El FMI coincide con el Gobierno en la proyección de que la economía, en su segunda recesión en cinco años, entrará en terreno positivo en la segunda parte del año, aunque ve una anémica expansión en el mediano plazo con tasas del 1% La propia ministra de Trabajo reiteró el viernes que con crecimientos de entre el 1 y 1.2% anual la economía ya era capaz de generar empleo. Tras un año y medio de duros ajustes presupuestarios y reformas impopulares y con el partido gobernante y el propio presidente del Gobierno cayendo en las encuestas, el organismo internacional reconoce que las tensiones sociales pueden jugar un papel determinante en el rumbo de las políticas económicas, pese a la mayoría parlamentaria del Partido Popular. En materia de consolidación fiscal el FMI cree necesario que España realice un ajuste gradual para “minimizar el coste económico y social”, señalando la necesidad de que los objetivos de reducción de déficit sean flexibles para fomentar el crecimiento y el empleo. “Dada la necesidad de estabilizar la economía y asumiendo que la consolidación estructural en marcha en 2013 se logra, son indeseables nuevas medidas significativas adicionales en 2013”, dijo el FMI.

 

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