Fue durante el largo confinamiento entre sus estudios de Nueva York y de México que Gildo Medina encontró la oportunidad de evaluar lo que realmente es esencial en su vida. También para reflexionar, en medio de la pandemia, sobre los conceptos que lo mueven como persona y artista. Entonces, volcó todos esos pensamientos en trazos que recrean, con asombrosa perfección, uno de los órganos humanos que más lo han cautivado: el ojo.

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Mirándonos de frente, Gildo refiere la concepción más esencial de ese rasgo distintivo de sus obras: “He viajado por el mundo durante 20 años y he descubierto que lo que más nos conecta como humanos son los ojos, porque son reflejo inequívoco de nuestras emociones”. Los cubrebocas que portamos no hacen más que confirmar sus palabras.

Partiendo de esa observación, el artista visual, que ha asombrado a personalidades de todos los ámbitos con el realismo de sus creaciones, se enfocó a retratar, en aquellos días de encierro, diversas miradas guardadas en su memoria. De esa introspección surgieron 12 piezas de arte que entrañan intenciones personales, valiosas ante los momentos de incertidumbre que todavía estamos enfrentando: esperanza, fuerza, amor, ánimo, libertad, paz, luz…

“En mi intención y mis creencias, cada una de las obras es como un talismán, porque así las concebí. Cada una trasmite un concepto, un sentimiento, en imagen y palabra”, asegura Gildo Medina, tras desvelar el proceso creativo que hay detrás de las piezas que hoy forman parte del acervo de algunos coleccionistas.

Quien es reconocido como uno de los mejores retratistas del mundo, ahora se ocupa en lograr que la energía implícita en esas joyas artísticas “hechas para sanar el alma” se manifieste en diferentes regiones del planeta a través de una serie de ediciones especiales.

“He descubierto que lo que más nos conecta como humanos son los ojos, porque son reflejo inequívoco de nuestras emociones”

Gildo Medina

Porque, si hay algo que Gildo confirmó estando en residencia, es el poder curativo del arte. “El agua, la comida, un techo te ayudan a sobrevivir. Pero ya que sobreviviste, es el arte lo que te da vida, porque te cuestiona, te enseña a ver las cosas desde otra perspectiva y te llena de belleza”, sentencia, con pasión.

De ahí, su notable entusiasmo por generar nuevos proyectos académicos, compartir sus conocimientos y ayudar a personas de todas las edades a vencer sus temores a expresarse por medio de la creación artística.

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