Una nueva tendencia en el diseño automotriz custom y pos-mercado es el renderismo; casualmente, el país posee un gran exponente en la materia: el joven diseñador mexicano Oscar Abimelec Arellano, quien acaba de ser viral en internet ganando miles y miles de likes con su reinterpretación del mercado de las SUV de lujo con capacidades para el Ártico.
Lo que acabó de llamar nuestra atención fueron estas tres especiales visiones del diseñador mexicano Oscar Abimelec, de las SUVs más lujosas a la venta actualmente, como la Bentley Bentayga, la Rolls Royce Cullinan y la Lamborghini Urus.
Llegamos casualmente a Oscar Abimelec Arellano a través de una publicación japonesa y nos enteramos que era de Sonora y que tenía ¡21 años!: desde allí decidimos contactarlo para conocer su trabajo en profundidad.
“La pasión por los autos fue de nacimiento, y cuando eres niño siempre te la pasas dibujando y en mi caso, siempre eran carros”, nos cuenta el diseñador que ya ha visto publicados sus trabajos en los medios internacionales más importantes.
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A los 10 años, solo 11 años atrás, un concurso escolar a nivel nacional cambió su vida para siempre en su Hermosillo natal, porque allí fue donde el mexicano accedió a su primer computadora como premio escolar, ya que sus padres no podían comprarle una.
Allí comenzó con lo de las creaciones con modelos de color en Photoshop y utilizando fotos de prensa de las marcas en alta calidad. “Ahí le cambiaba el fondo, el color, las ruedas y a medida que fue pasando el tiempo los modelos se volvieron más complejos”, cuenta el diseñador mexicano que hoy firma como Abimelec Design.
“En un principio era como hobby y ahora ya uso modelos en 3D para modificarlos y hacerle adaptaciones que piden los clientes para sus autos reales, que fue una forma de comenzar a monetizar este oficio”, dice.
Oscar Abimelec, diseñador mexicano con solo 21 años
Maduro para su temprana edad confiesa: “Hay dos caminos para hacer las cosas: modelando el vehículo desde cero que es más tardado, u obteniendo los templates en 3D de auto que uno desea y hay muchas páginas donde uno los puede incluso comprar, y usarlo como lienzo en blanco”, que es algo de lo que Abimelec Designs representa.
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“Esta es una forma de hacer un trabajo más dinámico, porque el cliente pide cierto modelo de auto, y ya sea si va a alterar la suspensión, o las facias, incluso el color, o quitar el techo, todo se modela y se le entrega el diseño para que el decida la customización de su vehículo físico”, explica.
En la actualidad el renderismo es una práctica común, aunque son pocos los exponentes conocidos en las redes y con miles de seguidores como el joven diseñador mexicano Oscar Abimelec. Su labor es llevar a ‘papel’ la visión del cliente o su propia idea “como los viejos diseñadores que dibujaban sus ideas a mano alzada, como Chip Foose”, agrega.
Su gusto fue ganando profundidad y concepto en diseños customizados de todo tipo de coche, aunque vislumbra una preferencia por lo vintage, los low riders, e incluso sus más avezadas interpretaciones como una Pacífica Hellcat.
“Es lo que le dicen, modificaciones pos-mercado, y de esta forma surgió la idea de hacer las reversiones de las SUV de lujo: una vez vi el programa Top Gear, que tiene una edición especial del Ártico, donde revelan una Toyota HiLux con neumáticos globo.
“Esa HiLux utiliza un tratamiento de llantas de 40 pulgadas y son tractores para la nieve diseñados por un laboratorio especializado en máquinas para la nieve llamado Artic Trucks.
“Así fue que estaba mirando un video del lanzamiento de la Rolls Royce Cullinan, y ahí salió la idea de hacer un vehículo especial. Pero como era muy probable que salgan Cullinans con rines deportivos, sports y customizadas, aunque más para el lado de la performance, me pareció especial diseñar un vehículo de lujo, pero con cualidades para el frío de los polos terrestres”, añade.
Luego vino la Bentley Bentayga, la SUV de la marca inglesa más fina y completa de la saga, una Lamborghini Urus, todas montadas sobre enormes rines y listas para cruzar los lugares más fríos del planeta, pero con todo el estilo.
¿Cómo surgió el modelo de negoció?
“Primero lo pensé como una simple publicación para Instagram, pero luego fue como surgió el ‘modelo de negocio’ de lo que yo hago: la idea fue tentar a los amantes de los autos especiales”, aunque fue con un Buick Grand National es donde logra la oportunidad de vender su primer diseño.
“Era un dibujo de un Buick G-body, pero con un motor diferente, de un Nissan GTR, estaba ensanchado y también fue viral hace tiempo, y aún al día de hoy que lo sigo viendo por las redes sociales. Eso me permitió ver cómo podía ganar dinero con los diseños”, cuenta.
Así fue como al principio comenzó a trabajar con renders de estos tipos de carros y divulgándolos a través de los foros y páginas de fanáticos. Sus visiones alcanzaron incluso a Oldsmobiles y muchos otros que hoy remarcan su identidad.
“Lo más interesante es elaborar las ideas más locas, porque de esta manera puedo alcanzar las visiones más extremas de los propios dueños de los autos, y ellos son los que me contactan, para dar una forma virtual a lo que a veces, solo se encuentra en su cabeza”, dice.
En la actualidad, el workflow de Abimelec Design va mucho más allá de sus inicios en Hermosillo con la computadora que recibió en la escuela, porque su expertise fue creciendo y adquirió habilidades en otras aplicaciones.
Así confiesa que los modelos hoy provienen de “Blender, que se usa para modelar desde los techos, cofres a cristales y demás; eso se exporta a Keyshot, donde también llega todo por separado, ya sea para iluminarlo o cambiar una pieza de metal por carbono, y se finaliza en Photoshop, donde virtualmente se le saca brillo a la idea”.
En la actualidad, a once años después de recibir su primer ordenador, aprendió a hablar inglés, tal vez facilitado por su cercanía con los Estados Unidos, y renta una oficina cerca de su casa, donde es su refugio creativo y hogar de todas sus ideas.
Más allá de tener una llamativa idea de repensar el mercado de las SUV de máximo lujo, lo relevante de Oscar Abimelec es —cómo un niño, con vocación de diseñador y grandes sueños, a cuesta de pulso firme y buenas ideas— transformarse en disparador de las visiones más exquisitas de los clásicos del automovilismo estadounidense y mundial: sobre todo, en ser un ejemplo para las nuevas generaciones de mexicanos.
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