Bernard Peillon, CEO de Hennessy, desgrana en exclusiva para Forbes Life las claves del éxito global del coñac que forma parte del grupo de lujo más importante del mundo.
¿Y cómo es esa alma?
Cuando trabajas para un grupo como LVMH, tienes que tener claro que formas parte de la cima del lujo. Hennessy es el principal productor de cognac del mundo y la segunda marca dentro del grupo (la primera es Louis Vuitton, la segunda Moët Hennessy); pero no somos la segunda división, estamos en el top. En mi trabajo no puedo colaborar con nadie que sea de segunda división, sólo con los mejores. Eso es lo que nos hace ser quienes somos: nuestra obsesión por la calidad.
Se trata de una casa francesa con visión internacional.
Somos 99% internacionales: estamos en estados Unidos, México, Rusia, Japón, China… Por supuesto, también en Francia, pero allí el cognac se ha sacralizado como algo muy solemne y muy aburrido, y Hennessy es un cognac tradicional, pero también puede ser muy divertido.
¿Qué papel cumple México en su estrategia global?
Es un mercado único en el mundo. hace 15 años nos establecimos aquí con Jerome seignon, director general de Moët Hennessy México, y en la actualidad es nuestro noveno mercado. Es estratégico para nosotros no sólo por su población (casi 120 millones de habitantes, más de 50% de Francia o de cualquier otro país europeo), sino porque cada vez es más sofisticado y hay muchos mexicanos en estados Unidos, nuestro mercado número uno, que también influyen en su cultura y su economía. sería muy torpe ignorarlo.
¿Qué retos afronta Hennessy en el futuro?
Queremos acercarnos a nuevos sectores y consumidores, por eso hemos introducido Hennessy Very Special, que conecta con un ambiente más relajado de vida nocturna y mixología. Por ejemplo, en nuestra próxima edición hemos colaborado con Scott Campbell, considerado como el mejor tatuador de Hollywood y del mundo. El cielo es el límite.
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