En 1997 el bioquímico chileno, Fernando Fischmann, decidió llevar las playas del Caribe a un pequeño pueblo costero de Chile, donde el frío y peligroso mar hacían que la gente no pudiera disfrutar de él. Y lo logró.  Por: Jaqueline Resnik y Christin Parcerisa Después de años de investigación, Fischman, patentó el proyecto Crystal Lagoons, el cual consiste en crear cuerpos de agua dulce o salada en lugares donde éstos se creían inimaginables. Playas idílicas, con lagunas cristalinas, rodeadas de arena blanca era el objetivo y este emprendedor chileno comenzó a crearlas primero en su país de origen y más adelante en otros territorios, incluso en medio de desiertos, como el de Egipto y Dubai. Hoy en día Crystal Lagoons es la única empresa a nivel mundial que transforma cualquier lugar del mundo en hermosas playas, con una tecnología de punta que reduce gastos al utilizar 100 veces menos químicos que una piscina normal y 50 veces menos energía de la que utiliza un sistema de filtrado convencional. Actualmente la multinacional chilena cuenta con más de 160 patentes, y un catálogo de 300 proyectos que abarcan 60 países. En base a esto Boston Consulting Group hizo un estudio en donde apunta a que Crystal Lagoons en el año 2020 será creadora de más de 14 mil lagunas a nivel mundial. Buscando cumplir con la ambiciosa cifra, la firma llega a México en busca de la conquista de un nuevo mercado. Para ello, la empresa ha realizado una inversión que podría llegar a superar los 10 mil millones de dólares, en donde se incluye una oficina para tener México como base de operaciones para el país y Centroamércia. A partir de lo anterior, Forbes Life platicó con Jean Pierre Juanchich, Director Regional de Crystal Lagoons, y con Francisco Matte, Director Regional de Crystal Lagoons en América Latina, quienes detallaron más tanto del proyecto en este nuevo territorio como de las complicaciones que implica llevar a cabo estos monumentales cuerpos de agua. “Ya tenemos proyectos operando en México como Diamante en Cabo San Lucas. Un proyecto de entre 2 y 4 millones de dólares que cuenta con una laguna de 5.5 hectáreas, justo en donde está el campo de golf de Tiger Woods. De igual forma ya tenemos otra laguna de 2.2 hectáreas en el Hotel Hard Rock de Cancún”, destaca Jean Pierre Juanchich.
Laguna artificial por Crystal Lagoons en Diamante, Cabo San Lucas

Laguna artificial por Crystal Lagoons en Diamante, Cabo San Lucas

La idea original del fundador era llevar el Caribe a otros destinos, por lo que siendo Cancún ya un paraíso terrenal, resultaría complicado creer que las lagunas artificiales tuvieran cabida en la zona de la Riviera Maya. No obstante, los directivos de la empresa aseguran que el éxito de éstas ahora va más allá del agua y la arena. “La gente valora cada vez más la seguridad. La idea de que los niños en lugar de estar en el mar, en donde hay corriente, puedan estar en un entorno seguro y cerrado le da un valor inigualable. Si te das cuenta en los hoteles incluso con salida al mar, muchas veces la gente pasa más tiempo en las albercas que en la playa. Por lo tanto, si nosotros replicamos esto pero en dimensiones mayores y con una calidad del agua muy superior podemos ofrecer una gran ventaja”, enfatiza Matte. Con su llegada a México, Crystal Lagoons tiene un objetivo claro: aumentar y multiplicar su éxito. Es por esto que en la República Mexicana no sólo serán partícipes de la construcción de espacios turísticos, sino también se involucrarán en residenciales de primera o segunda vivienda e incluso contemplan la posibilidad de crear lagunas públicas. “Viendo todo este potencial que encontramos en México hemos decidido establecer aquí la oficina operativa para el país y para Centroamérica para hacer las operaciones más eficientes y poder alcanzar al menos 50 proyectos en ocho años. Siendo conservadores, esa es la meta. Queremos estar presentes en Querétaro, Puebla, Estado de México, Baja California, Riviera Maya, el centro de México”, explica Juanchich. “En México tenemos, por ejemplo, el tema de las lagunas públicas. Hoy día hemos tenido algunos acercamientos con gobierno, con algunos municipios, para su creación, que al final  no  van asociadas a un desarrollo inmobiliario, sino a mejorar la calidad de vida de la comunidad y eso va a ser muy potente. Las lagunas públicas son un proyecto que viene muy fuerte”, comenta Matte, quien aclara que este tema también lo están viendo en Estados Unidos y aunque por el momento todavía no está en funcionamiento esperan que suceda en el futuro próximo, lo cual abriría una puerta completamente nueva en el negocio.   De la ciencia al entretenimiento  El éxito que han tenido estas lagunas no sólo está unido a la belleza de las mismas y la seguridad que representan, sino a que se trata de una innovación científica y tecnológica. La empresa ha logrado encontrar la fórmula para reducir gastos de mantenimiento y de uso de químicos y así crear una calidad superior de agua y reducir el desperdicio. La solución que encontraron fue utilizar un sistema ultrasonido que rodea el borde de la laguna. Éste hace que todas las partículas se muevan de forma que se aglomeren por el movimiento y terminen hasta el fondo. Entonces solamente es necesario filtrar lo que se quedó en el fondo de la laguna y no el cuerpo completo de agua. De igual manera a través de telemetría, los sensores colocados en éstas miden la calidad de agua y éstos indican qué tipo de aditivo se requiere y en cuánta cantidad. La señal llega al centro de operaciones de Chile desde donde se le aplica, a través de inyectores, lo que se necesita. “Si quisiera convertir San Alfonso del Mar (la primer laguna que crearon en Chile) en una alberca, necesitaría edificios de 60 pisos de alto sólo para sala de máquinas porque te exige mover el cuerpo de agua al menos entre 4 y 6 veces al día, por lo que el uso de energía sería enorme”, ejemplifica Francisco Matte. “Además, en una alberca el uso de químicos es constante. Nunca hay un estudio que indique si se necesita, en cuánta cantidad, o qué tipo. Entonces el uso es muy alto y resulta en un costo muy elevado y menor calidad de agua.

Crystal Lagoons también se encuentra presente en Tailandia

Lagunas artificiales, galardones reales La empresa chilena ha sido galardonada múltiples veces. Entre los reconocimientos, se le otorgó el Guiness World Record en el año 2007 a la laguna de 8 hectáreas – lo que equivale a 100 albercas olímpicas- creada en San Alfonso del Mar, Chile, el primer proyecto que se realizó. A esta la nombraron como “La piscina más grande del mundo.” El esfuerzo no paró después de este reconocimiento, y se decidieron a crear una nueva laguna de 12.5 hectáreas, Actualmente están próximos a superar su propio record, ya que se encuentran instalando una nueva laguna en Dubai de 40 hectáreas, la que será la más grande que hayan creado.
Laguna artificial en Egito hecha con la tecnología de Crystal Lagos

Laguna artificial en Egipto.

Construir en zonas tan áridas como el Medio Oriente ha sido uno de sus mayores retos. No obstante, gracias a que no se lleva a cabo el mismo mantenimiento que una alberca resulta factible. En especial el hecho de que no se necesita rellenar de agua, ya que no se pierde mas que por evaporación natural, lo que se puede recuperar con facilidad.  “En medio del desierto no hay agua, así que lo que se hace es excavar hasta encontrar el agua en la nave subterránea y de ahí se toma. Después se construye el proyecto inmobiliario alrededor”, explica Matte. Además de los grandes cuerpos de agua la compañía de innovación está trabajando en nueva tecnología como olas y calefacción. Síguenos en:

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