Durante el evento que reúne a los mayores representantes del turismo de lujo en Las Vegas, Virtuoso Travel Week, la firma Crystal desveló su más reciente aportación al mundo de los viajes de alta gama: Crystal Skye. El más grande y espacioso jet privado de lujo en la industria. Se trata de un avión Boeing 777 – 200 LR con capacidad de 88 pasajeros. De hecho, con un uso comercial podría sentar a 380 personas, pero la firma decidió rehacer todo su interior y diseñarlo desde cero, sustituyendo de esta manera los típicos asientos pequeños de avión, por sillones dignos de primera clase en toda la aeronave, con capacidad para reclinarse por completo y convertirse en camas. El avión, que se trata de un sueño del dueño de la compañía, como nos comenta la CEO Edie Rodriguez, nace como una forma de ampliar la gama de productos dedicados al turismo, ya que originalmente su especialidad son los cruceros. Se trata entonces de un punto de inflexión en el plan de negocios que se expande ahora hacia el cielo. Aunque en una idea inicial el avión podía haberse usado como si se tratara de un crucero, con rutas pre establecidas, pronto su función cambió. Incluso antes de haberse desvelado ya estaba totalmente reservado para vuelos privados. Ante el éxito obtenido ésta será la única función del avión: alquilarse para viajes exclusivos. “Crystal Skye representa una tremenda opción para aquellos que buscan la experiencia de viaje más personalizada y privada, ya sea para un impresionante servicio corporativo o para grandes grupos de familia y amigos, proveyendo una incomparable experiencia global que no puede obtenerse en ningún hotel o resort del mundo”, expresó Edie Rodriguez, CEO y presidente de Crystal. Pero el alquiler de la aeronave no es lo único que Crystal ofrece. Algunos grupos lo pedirán así – como la NHL – pero la mayoría busca la atención completa con servicios de atención personalizados para su viaje. Entre los servicios que pueden tener se trata de cenas estilo restaurante de estrellas Michelin (a cargo del chef ejecutivo Francois Van Zyl), servicio de bar, entretenimiento a bordo, o complementar con otros servicios de la compañía como el yate privado. Para empezar a describir sus bondades, basta decir que ostenta la cava de vinos más grande que se ha colocado en una aeronave (200 botellas). Además de la tripulación de 12 SkyeButlers y 4 capitanes, a bordo viajan un chef y un mixólogo que se aseguran de que la experiencia gastronómica sea muy distinta a la “comida de avión”. Cabe resaltar que esta experiencia culinaria se disfruta de manera distinta también, ya que parte del diseño consiste en que la primera sección de la aeronave en lugar de asientos tenga una barra de bar y mesas (cuyas sillas también tienen cinturones… la seguridad va primero) para un servicio completo. Éstas más adelante pueden voltearse y convertirse en mesas de juego. Por si fuera poco, los asientos gozan de masaje, en especial para la zona lumbar, cobijas de cashmere, almohadas con pluma de ganso, audífonos Bose y kits de tocador. La hora en esta aeronave comienza en 50,000 dólares.

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