Desde hace varios años, Elisa Miller ha abrazado una faceta que, hasta hace poco, mostró con el ánimo de afirmar que puede abordar otros géneros de cine. “Ya sé que mis películas no me respaldan en cuanto a humor se refiere, pero…” Así comenzó la presentación que abrió la puerta para dirigir ¿Qué culpa tiene el karma?, su primera película por encargo y, también, su primera comedia romántica.
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Como parte de la iniciativa #QueMéxicoSeVea, el año pasado Netflix anunció que invertiría en el desarrollo de nuevas producciones nacionales, y una de ellas fue precisamente esta cinta protagonizada por Aislinn Derbez, que se estrenó el 3 de agosto de 2022.
Ahora, junto con la nueva campaña de la plataforma, que busca proyectar el trabajo de los creadores mexicanos, llega el anuncio de otro proyecto liderado por la ganadora de la Palma de Oro en Cannes: Temporada de huracanes.
“En 2018, leí el libro y me destrozó; sentí que rompió todos mis privilegios. Me dejó perturbada y, a la vez, pensé que esa obra, escrita por una mujer de mi generación, era la más extraordinaria que había leído en los últimos tiempos”, diserta Elisa, al hablar con Forbes Life, sobre la novela de Fernanda Melchor, finalista del prestigioso International Booker Prize 2020.
También llega a su memoria aquella conversación con Woo Films sobre el potencial cinematográfico de esa historia. Después de aquel momento, pasaron semanas, meses, antes de recibir la llamada de los productores dándole la noticia de que todas las condiciones estaban dadas para producir la película y que querían que ella escribiera el guion.
La novela de Melchor da inicio con una “voz” que describe la procesión de niños que han avistado un cadáver en el canal de riego. La historia continúa a dos voces, tres y una decena, hasta acumular los vientos del pueblo, de quienes dicen haberlo visto todo, o una parte del todo, alzándose como huracanes para contar lo que pasó ese día cerca de la ranchería La Matosa.
Elisa admite que, al principio, tuvo sus dudas en adaptar el libro, pues le parecía tan potente que sabía que sería complejo sobrepasar las expectativas de los lectores. Los productores la convencieron y Netflix había decidido apoyar el proyecto. Tras un año y medio de arduo trabajo, la escaleta estaba lista.
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“Siento que Temporada de huracanes es contundente; es una historia que duele, pero que es necesaria como motor de impulso. Creo que para allá tenemos que ir los creadores mexicanos: aprovechar el medio tan generoso y masivo que puede ser el cine, para compartir historias que sean relevantes”, comenta, convencida de que historias como éstas son parte de la cruda realidad social que se vive en el país.
En esta línea, Elisa reconoce la labor de sus colegas mujeres, como Mariana Huezo, al realizar películas tan poderosas que han marcado el camino hacia un cine con sustancia, y lo imparable que puede llegar a ser la nueva generación de cineastas, pues, como docente en su alma mater, el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), es testigo de esa joven fuerza creativa.
“Me parece muy loable que Netflix sea un escaparte para apoyar al cine mexicano y, en especial, ése que no necesariamente ha tenido salida en los canales de distribución tradicionales por la complejidad de los temas que llega a tratar”.
Elisa Miller se dice parte de la “resistencia” de las salas de cine independientes. Ella cuenta con una en Tepoztlán que, “milagrosamente, ha sobrevivido a la pandemia”, porque ella cree fervientemente que una pieza cinematográfica tiene una magia especial si se ve en colectivo y en lo “oscurito”, como estaba pensado que se viera cuando se inventó el concepto de la sala de cine.
“Pero estoy súper abierta y soy muy receptiva a esa apertura de la plataforma de streaming, de dar acceso al público a otras propuestas cinematográficas a través de un clic. Creo que es parte de un engranaje para crear un vinculo más fuerte con la audiencia. Es una manera de decirle: ‘Aquí está tu historia’”, finaliza la cineasta mexicana.
