En los paisajes de California siempre ha abundado la música. Hogar de los sitios más emblemáticos en el mundo del entretenimiento, también alberga una de las escenas culturales y artísticas más diversas en el mundo. Los barrios de la bahía de San Francisco laten con un corazón latino a través de su comunidad chicana. Y es ahí donde Gilberto Rodríguez y Los Intocables encuentran sus raíces. 

Descendiente de padres mexicanos, Gilberto Rodríguez se alía con músicos de variados orígenes para imaginar un futuro musical lleno de sabores y aromas. La agrupación, que sorprendió en 2018 con su álbum debut “Sabor Maracuyá Desnuda”, muy bien recibido por la crítica, está de regreso con un nuevo sencillo que nace desde su imaginario. ‘Alé Alé’ llega con bases del chachachá para encontrarse con el jazz, percusiones afrolatinas, rock psicodélico y el soul chicano a lo setentero. 

Gilberto Rodríguez
Foto: Cortesía.

El ensamble conformado por Gilberto Rodríguez (voz), Ahkeel Mestayer (percusión), Ruben Sandoval (teclado) y Carlos Rodríguez (trompetas) se une a dos legendarios miembros de Chicano Batman, un grupo que ha marcado el legado de la música latina en Estados Unidos. La grabación y producción estuvo a cargo del maestro Eduardo Arenas, quien además dio vida al bajo de la canción, junto a Gabriel Villa en la batería.

“La canción habla de amor en un tiempo donde todo puede terminar”, compartió Gilberto en entrevista para Forbes Life, un sentimiento atinado para la época actual. “Si el mundo se acaba, nuestra energía descansará en un lugar diferente: en las estrellas, en los océanos, en diferentes cosas bonitas”.

Dejando atrás las composiciones largas que superaban los cinco minutos o más en su álbum debut, esta vez evolucionan hacia una pieza más corta pero igual de pegajosa en la que se encuentran los sonidos del barrio La Misión, en San Francisco. “Es un lugar muy bohemio donde puedes llegar y trabajar con muchos artistas. Es una energía, más que nada, muy radical y latina”. 

Con influencias claras del sonido caribeño y también fronterizo, el proyecto está infusionado de un latinismo diverso que surge de la mezcla cultural única de la bahía: Honduras, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Guatemala y más convergen en el barrio conocido por su ecléctica vida. “Aquí es diferente por que no es una zona industrial musical como Los Ángeles, es más crudo y menos refinado. Eso me gusta mucho porque es un territorio especial. Una tierra y un mar únicos que da tanto poder de los ancestros originarios a todo lo que es de aquí, como el movimiento chicano, que da mucha luz a todo lo artístico,” explica Gilberto. 

El descubrimiento honesto del ser navega por la visión futurística de un lugar musical revolucionario, repleto de los sabores que han transformado a las comunidades latinas en la historia, para convertirse en un sonido nuevo y fresco que nos invita a bailar en la pandemia. Destacando la importancia de trabajar por los sueños, y el arduo esfuerzo de los artistas chicanos en la industria musical, Gilberto Rodríguez y Los Intocables pintan un mundo donde las conexiones le ponen el sazón al arte. 

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