Sophie Avernin*

Estamos justo con los pies en esta época del año donde los abrazos se acompañan del sonido de un corcho siendo expulsado por las burbujas de una botella de champagne. Esta música puede ser tan elegante y tímida como la que producirá una botella abierta por un sommelier experimentado o tan desbordante de emoción como lo permita el festín.

El tema es que no hay mes de diciembre sin una botella de champagne. La magia efervescente de este vino surge posterior a la mezcla de años y de una segunda fermentación: los caldos embotellados permanecen largos meses en contacto con las levaduras muertas o lías. Dependiendo del tiempo que dure este proceso, los vinos obtendrán más o menos aromas de pan tostado, almendras, nueces

champagne
Foto. Archivo.

Estas finas notas aportaran al champagne elegancia a la nariz y al gusto. Para el toque final, el jefe de bodega agregará azúcar al vino (ya sea de la misma botella o de reserva). Es justo esta tarea la que imprimirá el estilo de la casa productora. El abanico de posibilidades es amplio. Por ello, es necesario probar hasta encontrar “zapato a su pie”.

Hay champagne con añada, sin añada o las Grande Cuvée. Dichos estilos se encuentran prácticamente en todas las maisons inmersas en los territorios de la denominación de origen controlada.

Los champagne sin añada son el fruto de un blend de vinos de diferentes años y que generalmente son ensambles de uvas procedentes de diferentes zonas de la región autorizadas por la denominación. De esas cepas predominan las tintas Pinot Meunier y Pinot Noir, así como la uva Chardonnay (la única blanca).

pinot noir
Foto. Archivo

Un dato interesante sobre estos champagne, también denominados Non Vintage, es que justo año tras año, el consumidor encontrará exactamente las mismas cualidades en copa a pesar de que la mezcla con la cual el enólogo trabajó sea distinta. El champagne es mágico -precisamente- por esta razón.

En cada botella de champagne hay misticismo, arduo trabajo y siglos de aprendizaje. Aquí mis recomendaciones para sumergirte en esa magia y pasar una burbujeante Navidad.

1.Billecart Salmon Rosada

Foto. Cortesía de Grandes Viñedos.

El espíritu innovador de esta casa marcó un antes y un después en la producción de champagne rosado en el terruño francés. El suyo es contundente, seco, lleno de aromas finos de levaduras, frutas y toques de cuero.

2.Veuve Cliquot Brut

champagne

Es un champagne hermoso y ligero con una acidez muy fresca. Maravilloso para maridar con platillos versátiles. Una botella que da gusto compartir.

3. Bollinger Spécial Cuvée

El champagne de James Bond y el de la corona británica. Es un vino que descansó más tiempo sobre lías, lo que le otorga una hermosa complejidad y burbujas más finas.

**Sommelier y directora de Grandes Viñedos.

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