Viña Tarapacá festeja en México sus 145 años con la presentación de dos vinos que no sólo encarnan el savoir fair de la bodega, también animan a emprender un sabroso recorrido sensorial por una de las regiones vitivinícolas más emblemáticas de Chile: el Valle del Maipo.
Imagina la Cordillera de los Andes y las aguas del río Maipo que descienden desde el imponente cordón montañoso. Éstos ejercen una influencia notable en la personalidad de los tintos con la Denominación de Origen, al tiempo de añadir valor a las virtudes transferidas por las condiciones climáticas y las singularidades geológicas de la región.

Gran parte de las uvas utilizadas para elaborar los vinos Tarapacá proceden del fundo conocido como “El Clos Natural del Valle del Maipo”, donde actualmente se localiza la propiedad de la viña. Este entorno, diverso en flora y fauna, proporciona un mesoclima de características únicas que permite la producción de vinos de gran cuerpo. Para muestra…
Tarapacá Gran Reserva Carmenère 2017
Este vino revela el gran carácter del Carmenère del Maipo al 100%. La cepa aporta color y notas aromáticas vegetales que evocan la frescura del valle, en armonía con el perfume de frutos maduros, como la ciruela, la mora y la cereza negra.
Carmenère, considerada la variedad insignia de Chile, posee 15% del total de la superficie del Fundo Tarapacá, lo que representa un total de 88 hectáreas exclusivas plantadas.

Sebastián Ruiz, enólogo Jefe de Viña Tarapacá, explica que las uvas fueron cosechadas la última semana de abril en un año partcularmente caluroso. Una vez en la bodega, se realizó una maceración pre-fermentativa a 12 °C para extraer la mayor concentración de aromas y sabores.
En boca, el vino resulta sedoso y equilibrado, con taninos elegantes y suaves. Tiene un final agradable y de muy buena persistencia. Estas cualidades están íntimamente vinculadas al suelo de origen volcánico a los pies de las montañas.
Tarapacá Gran Reserva Carmenère 2017 logra un matrimonio perfecto con pescados a la leña como el róbalo y vegetales otoñales como el camote. Es importante dejar que el vino despliegue sus virtudes por unos minutos antes de beberlo y asegurarse de que la temperatura de servicio sea de 17° C.
Tarapacá Gran Reserva Cabernet Sauvignon 2018
El suelo donde se cultiva la variedad Cabernet Sauvignon se encuentra a lo largo de las laderas del fundo Tarapacá. Sebastián refiere que, gracias a su textura y gran cantidad de piedras angulares, las raíces de las vides pueden explorar libremente dando como resultado un vino generoso en todos los aspectos.

Es intenso aromáticamente y de carácter frutal con notas destacadas de guinda y frambuesa, que van bien con dejos especiados de pimienta negra y hojas de laurel característicos de la Isla del Maipo. Esencias dulces de caramelo, toffee y vainilla aparecen como testigos de su crianza en barrica.
“La maceración post-fermentativa que duró 10 días, permitió balancear el PH y entregar vinos más presentes, estructurados, jugosos, que generan mayor placer”.
Sebastián Ruiz, enólogo Jefe de Viña Tarapacá
El vino hace gala de su carácter en compañía de preparaciones cremosas, cortes finos de res, con cordero y pastas.

Es hora, entonces, de ponernos cómodos y alistar la copa para emprender la travesía por el terroir de Tarapacá en el Maipo Medio: una de las regiones que desde mediados del siglo XIX comenzó a construir su reputación global en la producción de vinos tintos excepcionales.
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