¿Cuánto vale un fragmento de historia? Conversamos con Michael Friedman, historiador en Audemars Piguet, sobre la importancia de mantener vivo el pasado sin dejar de mirar hacia el futuro.
Michael parece demasiado joven para ser historiador. Su atractivo juvenil dista mucho del prototipo que imaginaríamos: cabellera gris, ademanes pausados, dialéctica pesada. Todo lo contrario. Su trayectoria en Audemars Piguet comienza en noviembre 2013 cuando François-Henry Bennahmias, CEO de la firma, le ofrece la oportunidad de dirigir el Departamento de Patrimonio. Había sido curador del National Watch & Clock Museum y trabajado en el área de relojería en Christie’s Nueva York. «Esto no es un trabajo, es una pasión. También soy coleccionista de relojes, así que es fácil para mi ponerme del otro lado y saber cuáles son las preguntas que hay que responder, qué busca un comprador en una pieza de alta relojería, etcétera.»
Su labor diaria puede parecer un regalo para muchos: bucear en los datos de Audemars Piguet (AP) y compartirlo con los coleccionistas. Es una marca particular, nunca ha estado fuera de las manos de las familias fundadoras y nunca ha detenido la producción de relojes desde su fundación en 1875, incluso durante crisis globales como la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. O el ‘terremoto’ que sacudió la industria: la llamada crisis del cuarzo de la década de 1970 y 80.
«A final del siglo XX la compañía presentó un menor número de relojes que otros fabricantes suizos. Esta rareza se refleja en los catálogos de subastas. En consecuencia, hay pocos AP con complicaciones que se encuentran en condiciones excepcionales. Otro hecho intrigante para los coleccionistas de relojes es que los números de referencia con estrictas especificaciones del modelo no se introdujeron hasta 1950, lo que hace que todos los relojes anteriores sean únicos. Puedes encontrar dos relojes Audemars Piguet de antes de 1950 que comparten muchos detalles, pero siempre habrá alguna variación de diseño en la caja y la esfera», explica Friedman.
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Teniendo la historia de la marca en tus manos, ¿cómo sabes si Audemars Piguet va por el camino adecuado? Siempre he dicho que tiene un pie enraizado en el pasado y otro apuntando hacia el futuro. Esto es importante porque el pasado representa la artesanía y el expertise. Puedes ver el reloj más futurista del mundo y luego observar sus acabados o su mecanismo y te das cuenta que comparte muchísimo con un reloj de bolsillo de cien años atrás. Pero no recreamos el pasado. Es una marca independiente dirigida por una familia, eso nos da una gran ventaja. Otras firmas que son propiedad de grupos toman las decisiones de negocios diferente a nosotros, es difícil pensar a largo plazo cuando tienes que responder ante comités o mostrar buenos números a final de año. Nuestro objetivo es dar voz al maestro relojero. La independencia nos permite ser creativos, tomar riesgos y ser flexibles. Otra parte interesante es que inspiramos a otras compañías gracias a nuestra cualidad de independientes. Esto es inusual. Alguien que tiene interés en Patek Philippe o Vacheron Constantin puede apreciar un reloj AP al igual que alguien que colecciona MB&F. Es una posición única en el mercado relojero.
¿Las tendencias en el lujo son peligrosas? La noción de tendencia en el negocio del lujo la aplica o adjudica la gente que analiza el mercado. Somos afortunados porque el Royal Oak fue más allá de las tendencias en 1972, por ejemplo, y se convirtió en un clásico. Es como un Porsche 911. ¿Dirías que es trendy? La idea de tendencia se relaciona más con cuestiones de marketing. ¿Cuáles son tus objetivos a largo plazo? En el Departamento de Patrimonio queremos lograr la absoluta transparencia. Buscamos compartir todos los datos que sabemos sobre la manufactura, los archivos, acontecimientos clave, etcétera. Si abres un catálogo de subastas vas a encontrar fotografías inéditas de archivos. La gente tiene muchas opciones para decidir. ¿Por qué van a optar por tu marca? Por su autenticidad y legado, por su historia. Damos los datos con objetividad, sin exagerar. Cuando decimos que el Royal Oak Concept Supersonnerie es el reloj con el sonido más puro alguna vez producido no es un eslogan de marketing. Ha sido probado y verificado. ¿No es demasiada presión? No, es nuestra responsabilidad con la siguiente generación. Cuanta más tecnología desarrollemos más podremos avanzar en la medición del tiempo. No sólo producimos objetos para saber el tiempo, producimos objetos artísticos para coleccionar en la era de la inmediatez.

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