Unos lo conocen por sus apariciones junto a los más destacados músicos del Pop italiano y europeo, y otros, por su inconfundible protagonismo en la escena del nuevo Jazz y el Soul proveniente del viejo continente, incluso del Acid Jazz, sonido que consideramos le dio la posibilidad de hallar su propia personalidad: nos referimos a Mario Biondi, el cantante de particular timbre bajo nacido en Catania, Sicilia, a quien entrevistamos desde su living en Parma para acompañar a nuestros lectores, especialmente en este tiempo de aislamiento.

Por supuesto que hay un gran número de admiradores que conocen a Mario Biondi (49) por su tono bajo en clara referencia a las estrellas del soul de los 70´s como Barry White, Isaac Hayes o Teddy Pendergrass.

Antes de adentrarnos en la entrevista, una cordial llamada telefónica de 37 minutos, es imperante explicar varios detalles artísticos y del natural talento de Mario Biondi.

Si duda lo que aúna a Biondi con los mencionados es su tono bajo, talento debido a su formación natural de un tracto vocal largo, que les posibilita alcanzar su particular profundidad vocal. Para ellos no fue una opción, ni una pose sexy, fue un don: es su estilo. 

Con estas premisas fue que con suma curiosidad marcamos a su casa y con puntualidad inglesa atendió regalándonos un profundo buenos días.

Sin más prolegómenos, pero dando referencias musicales y alguna anécdota de cuánto se escucha su hit “Love is a Temple” en hasta hace unos meses los lugares de moda de la Ciudad de México, preguntamos…

F: Mario, sabemos que comenzaste a los 12 años en el de la iglesia en Sicilia, que cantabas junto a tu padre Stefano Biondi que era muy reconocido en la Italia de fines del ’70, ¿cómo fue que comenzaste a desarrollar el basso que hoy te caracteriza y que a nuestro entender te ha llevado a la fama?

MB: Oh! comencé a soltar mi voz en el ´99, tendría unos 28 años y cantaba en cruceros un repertorio de canciones pop, italianas, jazz, soul y demás, y una vez me tocó una espera en una sala con el aire acondicionado muy fuerte y me quede sin voz. Le dije a mis compañeros de banda que no podría cantar, aunque probé y sólo me salían notas bajas (N. de la R.: de la nada, en ese momento comenzó a cantar el estribillo de “Holding Back the Years” de Simply Red…). Los músicos dijeron que estaba bueno que lo cantara así bajo, que les gustaba mucho. Allí comenzó todo, a lo que mi médico personal encontró la explicación: mi tracto vocal no tiene fin (sonríe), lo que posibilita que naturalmente tenga esta voz, que no es nada fácil de encontrar.

F: Si contamos que la expectativa de vida hoy día es de 80 años, estás en más de la mitad de tu vida, ¿como fue que Mario (Renno en su documento), llegó a ser Mario Biondi?

MB: Crecí en una familia donde la música era fundamental. Escuchábamos música italiana, americana, jazz, blues, de todo. La gente me trataba muy bien cuando acompañaba a mi padre en sus actuaciones en parques y lugares al aire libre en Sicilia, mi padre era un cantante popular. Fue a los 19 cuando intenté probar suerte fuera de Catania y comencé a sentirme el dueño de mi vida, ganando confianza al cantar en pubs y bares, en aquel momento solo tenía el equivalente a 100 dólares en liras en el bolsillo, fue un comienzo muy difícil. Asistía a los conciertos de Fred Bongusto, Pepino Di Capri, Pino Daniele, e incluso trabajé con alguno de ellos. En el inicio, además de disfrutar a aquellos artistas tenía mi primer mixtape con Al Jarreau, Doobie Brothers, Steely Dan y me influenciaba de todos ellos.

Mario Biondi durante la grabación de su último álbum.

F: El haber nacido italiano y haber desarrollado tu carrera con artistas del sello Schema, y especialmente the High Five Quintet, con quienes grabaste tu primer disco, y luego tu trabajo con Bluey Maunick de Incógnito: podemos decir que el Acid Jazz ha marcado tu carrera musical de la misma manera que las canciones del Soul, Blues y el R&B de los 70´s?

MB: Por supuesto, la primera vez que encuché Incógnito fue la canción Colibrí, me encantó su groove, su impronta bailable y unas vocales increíbles, fue como escuchar Earth, Wind & Fire, pero moderno, difícil de explicar. Y cuando luego encontré a Bluey Maunick (el lider de la banda) para grabar canciones de mi disco Sun de 2013, fue como encontrar a un gran hermano, una persona increíble con quien tenemos una gran relación musical.

F: Existe una gran diversidad musical en tu repertorio y a lo largo de tus nueve álbums. Cuéntanos qué viene en tu carrera para cuando termine esta pandemia que debe tenerte aislado en casa.

MB: Correcto, estamos aquí en Parma, y acabo de terminar de grabar mi último álbum, del cual no puedo adelantar mucho (advierte), pero que le va a encantar a los melómanos, a los amantes de lo clásico. Son canciones con diferentes bandas. En lo personal me gusta mezclar canciones y estilos, hacer una fusión de todo, ese es el cocktail de Mario. El nuevo album es una mezcla, incluso del Disco de los 70´s, Soul, Brazil, Jazz, todo junto. Tengo mucha expectativa en este álbum, como en cada momento que he lanzado cada vez uno de mis álbumes. Pienso que el último siempre es el mejor, pongo todo en la grabación y quedo exhausto al final.

Mario Biondi.

F: Y cómo pruebas tus canciones, como eliges los demos, y de ¿qué manera alcanzas el producto final, el orden de las canciones y esas cosas?

MB: (Sonríe) esa es una de las partes más divertidas, me gusta tomar alguno de mis autos y salir a la ruta a escuchar el resultado final y así todo va tomando forma.

Con humildad el cantante y compositor reconoció tener una pequeña colección de vehículos en la que incluye dos Mercedes Benz cabrio: una Pagoda SL500 del ´73 y un Spider de los ’70 (dixit). “También tengo una cinquecento del año ’71, color azul y tapizado color tabaco que me regaló el cantante Gigi D’Alessio, con la que se me complica al momento de los pedales, pero me gusta más que los Porsche, se me hacen demasiado pequeños”, dijo el cantante.

Nunca he estado en México, incluso hay un hecho curioso que tengo dos fans, que son madre e hijo, que son mexicanos y me siguen por el mundo desde hace un tiempo, Londres, Rusia, y una vez me regalaron una crema de tequila, buenísima, que aquí la tengo, ideal para quedarse en casa y escuchar una buena lista de canciones, esperando a que todo pase y en setiembre poder disfrutar del lanzamiento de mi nuevo disco y pronto poder estar en México, del que me dijeron que posee una atmósfera bellísima“, concluyó.

De despedida nos dejó una lista de sus canciones favoritas y de las que disfruta cuando tal vez conduce su Spider del ’70 por las sinuosas carreteras de su Parma adoptiva.

* Esta nota fue publicada originalmente el 8 de mayo de 2021.

 

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