Hotel Matilda, el legado de una leyenda
Este es un espacio único para los amantes del arte contemporáneo que nació del cuadro que Diego Rivera le pintó a Matilda Stream, madre del creador de este lugar, Harold Stream. Tienen una nutrida agenda de actividades artísticas y chefs internacionales invitados en Moxi, restaurante de Enrique Olvera en su interior. Su spa es perfecto para el confort con tratamientos personalizados inspirados en diversas culturas.
Aldama 53, col. Centro
Áperi, creatividad al servicio del placer
Matteo Salas es un cocinero comprometido con el sabor y la técnica. Trabajó en restaurantes de Europa como L’Astrance con Pascal Barbot y Christophe Rouat; así como en El Poblet con Quique Dacosta. Este es su laboratorio creativo y su propuesta es la mejor de la ciudad. En su carta hallarás ensaladas con insumos de huertos cercanos, pescados de Baja California y quesos artesanales. Su menú degustación es imperdible.
Quebrada 101, col. Centro (dentro de Dos Casas Hotel & Spa)
Cumpanio, nostalgia del sabor tradicional
Panadería y repostería hechas con las técnicas europeas de antaño. Sugerimos unos huevos benedictinos sobre pan brioche, lomo canadiense y salsa holandesa para el desayuno. Para la comida o cena, los tuétanos al horno con aceite del ajo o las costillas de cerdo. Para los antojos nada mejor que sus croissants y un café. Se encuentra bajo el mando de Enrique Farjeat, lo cual es una garantía de valor asegurado.
Correo 29, col. Centro
L’Ôtel, experiencia boutique
El arquitecto e interiorista Roy Azar es el alma detrás de este exquisito hotel, el más pequeño de San Miguel. Cada una de sus cuatro suites está personalizada con amenities que incluyen linos de algodón italiano, cojines —algunos de Hilando México, marca creada por su esposa, Sally Azar—, accesorios de baño de Côté Bastide y arte seleccionado en las paredes.
Chiquitos 1A, col. Centro
Café Contento, delicatessen con corazón
José Bossuet comanda este bistrot mexicano que sirve cocina local dentro de una antigua construcción del siglo xviii. Su ambiente es casual y sus precios, asequibles. Tienen una barra de cafés y una tienda que ofrece productos artesanales. Recomendamos el tamal de venado, las tostadas de conejo y los frijoles charros de pato.
Hernández Macías 72, col. Centro
Mercado Centro, democrático hedonismo
Es uno de los más recientes corredores gastronómicos que abren como parte del boom de los mercados gourmet en México. Al interior se encuentran opciones como Vino y Comino de Julián García, quien busca ingredientes naturales y de temporada. Otra sugerencia es La santísima trinidad que tiene productos como lavanda, vinos locales y olivos.
Codo 36, col. Centro
Hotel Rosewood, clásico contemporáneo
Este lujoso hotel busca reflejar las tradiciones artísticas de esta urbe. Los muebles fueron fabricados por artesanos locales y ofrece clases de cocina o de arte, así como catas de vino y excursiones. Luna Rooftop Tapas es su bar al aire libre con una terraza para disfrutar las vistas de la Parroquia de San Miguel Arcángel. Su spa incluye terapias, masajes, saunas, baños de vapor y clases de yoga y pilates.
Nemesio Diez 11, Col. Centro
Rancho Santa Marina, el sabor de la tierra
Los amantes del turismo rural están de enhorabuena. En este rancho se elaboran quesos de leche de oveja y cabra de excelente calidad, como los quesos Crotin, Pirámide o el Chabichú que se pueden catar en su cava. Además, este establecimiento ofrece experiencias personalizadas. ¿Lo mejor? Los atardeceres rodeado de sus vistas. Está a sólo a 40 minutos de la ciudad y es un oasis.
ranchosantamarina.com
Namuh, muebles con alma
Namuh (al revés, «human») es un estudio enfocado a la realización de accesorios y muebles, que surge de la fusión oriental con las costumbres mexicanas. Su filosofía está basada en el respeto a la naturaleza, en las tendencias de diseño, pero sobre todo en el sentimiento que los objetos pueden llegar a transmitir en el entorno del ser humano.
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