Mengano es un lugar imprescindible cuando de visitar Buenos Aires, Argentina, se trata. El restaurante al mando de Facundo Kelemen se encuentra en la boca de muchos y de ello han dado cuenta medios locales e internacionales. ¿Cuál es la razón de su éxito? Es el mismo chef quien nos apunta algunas pistas.
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Foto. Mengano
Su cocina es creativa y eso marca el espíritu del restaurante. Facundo reinterpreta las recetas tradicionales de las familias argentinas con las técnicas que ha perfeccionado a lo largo de su carrera profesional, bajo una visión muy personal.
La clásica comida porteña, especialmente de influencia italiana y española, que se encuentra en los bodegones es parte de la propuesta de Mengano. Pero son presentados de una manera exquisita con pequeños platos al centro para que las personas reunidas en la mesa puedan probar un poco de todo.
Carne, achuras, arroces y cardos son productos fundamentales. Si bien, hay platos que cambian atendiendo a la estacionalidad, otros se mantienen a petición de los comensales, como la milanesa en su versión sándwich tipo sando, las empanaditas jugosas y la trucha curada en salmuera de alcaparras. Sin dejar de mencionar al entrañable revuelto de Gramajo al estilo de Mengano.
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El dominio de los fogones y los productos se aprecian desde la barra abierta. El restaurante cuenta con una cava donde yace una cuidada selección de vinos procentes de todas las regiones del país, en particular de Mendoza, Salta y el sur argentino.
Ha sido diseñado con la intención de evocar el encanto del bodegón porteño, por medio de antigüedades e incluso fotos familiares de Facundo. La casa de principios del siglo XX donde se ha establecido contribuye a lograr esa atmósfera.
Mengano se localiza en el corazón del viejo Palermo, un barrio que asciende como importante polo gastronómico, cultural y artístico, y uno de los destinos preferidos por los turistas que se dan cita en Buenos Aires.
Acerca del chef Facundo Kelemen
La abogacía fue su primera profesión, pero un viaje cambió las prioridades de Facundo cuando descubrió que la cocina era lo suyo. Así que se formó como chef en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG) y trabajó en el célebre restaurante Tegui de Germán Martitegui.
Su vocación lo llevó a los mejores restaurantes de Nueva York y, luego, a crear su propio concepto. Fue el 2018, a la edad de 30 años, que cumplió esa meta al abrir Mengano, donde -día con día- gana reconocimiento con su cocina creativa.
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