En un entorno en el que las dietas libres de gluten toman fuerza, es importante aclarar algunos mitos relacionados con su consumo. De entrada, la celiaquía no es una intolerancia alimentaria al gluten, la proteína presente en cereales como el trigo y sus productos derivados. Más bien está catalogada como una enfermedad sistémica autoinmune que se manifiesta de distintas formas en varios órganos, aunque ataca primariamente al aparato digestivo en personas que están genéticamente predispuestas. Y es una condición que se agrava con el consumo del gluten. “En ese sentido, el gluten está conformado por un un grupo de proteínas que se encuentran en cereales como trigo, avena y cebada, a veces debido a contaminación cruzada. En sí no es un veneno ni algo peligroso para la salud en la mayoría de los casos”, explica la nutrióloga Karen Betech, de Fundación APTA, especializada en el tratamiento de padecimientos relacionados con alimentación y nutrición.
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Foto: Better Nutrition

Al ingerir gluten, el sistema inmunológico de la persona celíaca inicia un fuerte ataque a las vellosidades del intestino delgado, haciéndolo más vulnerable a infecciones, el desarrollo de alergias alimentarias y el comienzo de otras condiciones autoinmunes. Esto quiere decir que es frecuente que un celíaco padezca otras enfermedades autoinmunes. “La característica principal de la celiaquía es que el consumo del gluten provoca un daño a las mucosas del intestino delgado y disminuye notablemente su capacidad de absorber los nutrientes esenciales. La deficiencia de varias vitaminas y minerales es una situación común entre los celíacos y una posible causa raíz de otra serie de padecimientos. Y si bien generalmente se adquiere de forma hereditaria, también se puede desarrollar por factores como el uso excesivo de antibióticos”, agrega la experta en temas de nutrición. De acuerdo con en el Centro de Enfermedad Celíaca de la Universidad de Chicago, si la celiaquía no se trata a tiempo ésta puede ocasionar anemia, osteoporosis, infertilidad, condiciones neurológicas y en raras ocasiones hasta cáncer. “Es común que las personas realicen un autodiagnóstico relacionado con esta enfermedad sin que sean profesionales de la salud, lo cual es un grave error. La única forma de saber si alguien padece celiaquía es a través de una prueba de sangre para detectar los antígenos. De resultar positiva esta prueba, se procedería a una biopsia del intestino, así que es un proceso complicado. Cabe señalar que este padecimiento afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población en el mundo”, agrega Karen Betech. ¿Cómo saber si padeces esta enfermedad? Los síntomas varían y van desde nauseas, diarreas continuas, dolor abdominal constante y colon irritable, hasta vómito, dolor de articulaciones y caída del cabello. Como se relaciona con factores genéticos, es recomendable realizar una biopsia intestinal cuando hay un familiar diagnosticado con celiaquía o cuando la persona padece cualquier otra condición autoinmune. “De cualquier modo, es importante consultar a un médico y no retirar el pan o grupos completos de alimentos como los cereales de la dieta diaria, puesto que esto puede enmascarar los síntomas y alterar el diagnóstico. Una prueba no será válida si se ha dejado de consumir productos que contienen o podrían contener gluten”, detalla la nutrióloga. Te puede interesar: Cómo beber whisky premium: sigue los consejos de un experto  De acuerdo con un artículo publicado en la revista Journal of Pediatrics, existen algunas cosas que debes considerar antes de unirte a la moda gluten-free (o libre de gluten). 1. Una dieta sin gluten es más cara, por lo que puede afectar el presupuesto para las compras. 2. Los alimentos procesados sin gluten frecuentemente contienen más azúcar y grasa que los productos regulares. Lo cual se puede traducir en alimentos con más calorías y menos nutrientes. 3. Una estricta dieta gluten-free incrementa la exposición de la persona a ciertas toxinas y disminuye su ingesta de hierro y vitaminas del complejo “Y es importante señalar que al eliminar el gluten de la dieta, principalmente cuando no hay motivo para hacerlo, se corre el riesgo de ocasionar deficiencias nutricionales. Los nutrientes claves que aportan los cereales de grano entero tales como el trigo, el centeno y el maíz son hierro, calcio, fibra, tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico, entre otros. Si no tenemos un problema de celiaquía, diagnosticado por un doctor, no es necesario suspender el consumo del gluten”, concluye. Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí

 

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