“Las marcas llenaron algo muy importante para las personas que las adquirieron: es sostenerse de algo que perdura cuando otra cosa se está derrumbando”, reflexiona Jacobo Wapinski, socio de EMWA, firma distribuidora de alta relojería surgida en Monterrey, al referirse a los retos que enfrenta el sector ante el escenario convulso que ha caracterizado al mundo entero durante los últimos años.
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Por esta razón hoy, más que nunca, estas siluetas representan más que una pieza que se porta en la muñeca.
Por ello, en su decimocuarta edición el EMWA Fest (evento cumbre de los coleccionistas en Latinoamérica) se proclamó no solamente como una oportunidad para descubrir los lanzamientos de 18 de las firmas más afamadas, sino como el encuentro con las nuevas tendencias que definirán el rumbo de cara al futuro.
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El escenario de esta cita fue la capital de Nuevo León. Ahí, Forbes Life conversó con quienes dirigen el rumbo de una compañía que, en la búsqueda por crear experiencias memorables a sus clientes, se encontró ante el reto de cautivar a los coleccionistas.
“las marcas traen algo más que solamente un artículo que se pone sobre el brazo”
Jacobo Wapinski
HAZAÑAS DE LA TECNOLOGIA
“Nuestra principal contribución ha sido crear un evento que tiene que ver, verdaderamente, con una experiencia única en cuanto a la alta relojería”, sostiene en entrevista Mauricio Wapinski, presidente del Consejo de EMWA.
Para él, los grandes retos del sector están determinados por el hecho que las distintas marcas consigan encontrar una diferenciación importante en su propuesta de valor; pues debido al avance que ha conseguido la tecnología es difícil que haya grandes novedades entre una y otra.
Cuando uno observa lo que sucede en la relojería –sostiene Mauricio– la diferenciación está siendo cada vez más sutil. Por esta razón, las marcas deberán buscar alguna combinación extra de materiales o eficiencia en precisión para la consecución de este desafío.
Así lo han buscado hacer distintas casas, las cuales se han visto inmersas en una transformación constante para mantenerse vigentes y relevantes en una industria que ha evolucionado a través de los siglos, pero en la actualidad enfrenta el reto de trascender más allá de dar vida a una pieza icónica.
José Wapinsky, socio de EMWA, asegura que cada marca ha explorado estrategias distintas. Humblot, por ejemplo, tiene, probablemente, el mejor laboratorio metalúrgico de todos. Esto les permite experimentar con nuevos materiales. “Han hecho toda una revolución alrededor de ello.”
En tanto, Vacheron –resalta el experto– continúa presentando piezas estéticamente muy bellas, pero en cuanto a técnica están ideando cosas que no se habían imaginado, como un reloj con 65 días de reserva de marcha; o Franck Muller, la cual desarrolló un tourbillon que da la vuelta en cinco segundos; algo inconcebible hace tan solo unos años atrás.
“Cada una de las marcas tiene su particularidad en cuanto al tipo de productos que están sacando y si tuviera que resumirlo: se enfocan mucho en el desarrollo de tecnología y mejores materiales”, remarca José.
DESAFÍOS PARA AL ALTA RELOJERÍA
Pese a que los relojes suizos experimentaron en 2021 el mejor año de su historia, cada sello se encuentra ante el escenario de trascender más allá del lanzamiento de nuevas piezas.
“Aquellas marcas que logren, dentro de su dinamismo, identificar muy bien las necesidades del cliente final les va a ir mejor”
Mauricio Wapinski
Esto ha sido aún más evidente durante los años en los que el mundo ha tenido que hacerle frente a una pandemia, la cual no solo tiene repercusiones sanitarias, sino también sociales.
“Las marcas no son nada más un reloj que mide el tiempo, tienen otro significado dentro de la psique humana”, comenta Jacobo Wapinski. Él resalta que los valores estéticos que trasmiten cada una de ellas permiten llenar un vacío muy importante de arraigo y convertirse así en una tradición que pueda perpetuarse por generaciones.
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Es en este camino en donde EMWA busca la forma de crear instantes memorables para sus clientes. A decir de Abraham Kleiman, director general de la firma, la expectativa de los coleccionistas no se centra, únicamente, en el producto o la compra como tal, sino en la experiencia que obtienen de ello y se convierta, de esta forma, en un momento para recordar.
La compañía –asegura– también entró, recientemente, en un proceso de institucionalización. Con ello pasó de ser una empresa completamente familiar y le dio un giro a su estrategia encaminada a enfrentar los nuevos tiempos.
Siempre teniendo como aliado estratégico a la alta relojería, la cual exuda exclusividad, elegancia y libertad creativa por igual.
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