Descubrir qué joya hay dentro del empaque siempre ha sido un momento de alegría constante, pero ahora Tiffany busca que la caja en sí misma sea un recuerdo para atesorar. Es por ello que la afamada casa estadounidense se unió al artista contemporáneo Daniel Arshman para que la icónica Blue Box se convierta en una auténtica pieza de arte.
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Producto del encuentro creativo se creó una serie limitada a 49 esculturas de bronce erosionadas, las cuales reinterpretan la estética de este ícono de la firma. Éste ahora se fusiona con la vanguardia, la deconstrucción, el movimiento e inspiración arquitectónica que distingue al artista.
Cada una de las piezas cuentan con una pátina personalizada acabada a mano que hace referencia tanto al tono patentado de Tiffany como al color de Arsham Studio.
El objetivo del artista, residente de Nueva York, fue estrechar un lazo entre el pasado, el presente y el futuro y generar tensión a través de la pátina, así como la calidad distorsionada de las esculturas.
Al transformar esta caja icónica de la casa joyera en una obra moderna, Daniel Arshman busca convertir lo familiar en algo completamente nuevo, en donde el juego de los opuestos se encuentran como: lo tosco con lo refinado y lo moderno con lo atemporal.
SORPRESA CONTRASTANTE
Más allá de lo sorprendente que puedan resultar estas piezas de arte, el poder de encontrar en su interior una joya siempre será irrefrenable.
Por esta razón se ha incluido un brazalete Tiffany Knot x Arshman Studio, de edición limitada, en oro blanco de 18 quilates con diamantes y tsavoritas dentro de Blue Box La delicada sofisticación de esta pieza contrasta con el carácter rugoso de la escultura.
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La firma lleva a cabo esta estrategia como una forma de mostrar un adelanto de lo que será la nueva colección Tiffany Knot, misma que estará disponible a partir de octubre 20201 en México.
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