En la parte frontal o trasera, en el centro o en los laterales, recta o diagonal; cómo sea que se imagine, para César Flova la apertura es un elemento irrenunciable de la camisa, porque ésta deriva en el acto de ponerse la prenda. “En un ritual” de preparación para salir y lograr lo que se pretenda.
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La estructura con relación al cuello de quien portará la pieza es vista por el fundador de Ocelote como una oportunidad para conseguir un acento distintivo. “Es el detalle culminante en el proceso de diseño y, sin embargo, el que más exposición tiene”.
Asumir el desafío de reconfigurar un básico es una de las cosas que más disfruta Flova. “La camisa es una prenda muy arraigada en las sociedades y, hasta cierto punto, limitada, porque se asocia con lo formal. Me gusta el reto que impone: el de aprovechar los componentes clásicos y, a la vez, ser irreverente; romper los parámetros y encontrar una nueva forma de expresión”.
Valorar la ropa como parte de un lenguaje propio es un aspecto que tendría que trascender en la experiencia de compra. “Lo primero que debes preguntarte al elegir una camisa es: ‘¿para qué la quiero?’. Esto te permitirá tomar una decisión más acertada y consciente”.
Él, en lo personal, elige en función de las emociones que quiere proyectar. “Puede que no estés pasando por el mejor momento, pero, al ponerte algo que te gusta, es muy probable que asumas una postura más segura frente a cualquier situación”, afirma.
Flova prevé que la camisa del mañana será diseñada con mangas largas, como una pequeña burbuja que proteja la piel de las inclemencias que aguardan al mundo. Por ello, preservar la esencia humana será una prioridad, concluye.