Jalisco, la tierra del tequila, de los charros, los jaripeos y el mariachi, es uno de los estados más ricos en tradiciones y costumbres de México. José Cuervo, empresa dedicada a la elaboración y distribución de uno de los tequilas más reconocidos del mundo, ahora apuesta por crear experiencias más personales en las que se enaltezca el potencial tapatío y se reconozca su más íntima belleza. Conversamos con el Director de Operaciones de Mundo Cuervo para obtener un acercamiento más detallado de lo que implica este proyecto.   En el año 2003, la familia Cuervo decidió incursionar en el mundo de la hospitalidad, desarrollando el proyecto Mundo Cuervo. Ahora, tras casi 15 años de su inicio, Mundo Cuervo está fuertemente consolidado como una experiencia de alto renombre, tanto nacional como internacionalmente. La Rojeña, fábrica de José Cuervo, está ubicada en el pueblo mágico de Tequila, Jalisco. Hace algunos años, este pueblo, fundado en 1530, era una localidad industrial, cuya actividad económica principal se basaba en los procesos y el desarrollo del tequila. En 1997 fue declarado Denominación de Origen y, en el 2003, bautizado como pueblo mágico, posicionándose así como uno de los destinos más pintorescos y tradicionales de México. Don Juan Beckmann Vidal, Presidente Corporativo de Casa Cuervo, quería que el mundo conociera las maravillas que alberga Tequila, impulsarlo como un destino turístico y, al mismo tiempo, conservar su autenticidad y esencia; además, sentía la necesidad de devolver a estas tierras lo que durante 250 años dieron a la familia Cuervo.
Fue así que nació Mundo Cuervo, una experiencia 100% mexicana compuesta de diversas vivencias. Una de estas es un exclusivo viaje a bordo del José Cuervo Express. En este es posible disfrutar de un buen tequila, mientras se viaja a través de los paisajes agaveros más impresionantes, adentrarse de lleno en la historia de esta marca, además de conocer los procesos de elaboración del tequila en una visita a La Rojeña. En su primer año de apertura al público, alrededor de 1,300 personas visitaron este espacio; ahora, en lo que va del año, la fábrica ha tenido cerca de 380,000 visitantes.
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Fábrica La Rojeña. Instagram: @mundo_cuervo

Como parte de Mundo Cuervo está también el fastuoso Hotel Solar de las Ánimas; ubicado en el corazón de Tequila, a un costado de la Iglesia Santiago Apóstol. La inauguración de este hotel permitió crear una experiencia tapatía que durase todo el fin de semana, con el objetivo de que los huéspedes pudieran apreciar y vivir cada uno de los detalles de esta tierra. Con esto logaron aumentar el turismo internacional. Asimismo, está la Hacienda el Centenario, un centro de eventos y convenciones con una capacidad para 1,500 personas. Está constituida por diversos escenarios ubicados entre jardines, fuentes, terrazas y patios, rodeados de valles, montañas y hermosa naturaleza.
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Hotel Solar de las Ánimas

Para inicios del 2017, está programada la apertura del Centro Cultural Beckmann Gallardo. Este espacio, de 5,000 metros, contará con una zona de exhibición de 2,500 metros. El día de su inauguración se presentarán piezas del artista tapatío Chucho Reyes, las cuales permanecerán expuestas durante 6 meses aproximadamente. También se mostrará el trabajo de otros artistas tapatíos, algunos artistas internacionales y nacionales; además de que tendrán relación con otros museos de alto prestigio de la Ciudad de México. Asimismo, se han desarrollado complejos gastronómicos que exaltan la esencia más íntima del lugar, desde restaurantes lujosos hasta otros más relajados, en ambos se pueden degustar algunas de las delicias típicas mexicanas más exquisitas.
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Jose Cuervo Express. Facebook: Jose Cuervo Express

La filosofía de un nuevo integrante  En Forbes Life tuvimos la oportunidad de conversar con Cees Houweling, Director de Operaciones de Mundo Cuervo desde el 2014, quien nos compartió un poco de las bases de este proyecto, así como de los objetivos y el alma del mismo. Houweling es de origen suizo y un experto en el mundo de la hospitalidad. Ha trabajado en algunas de las cadenas hoteleras más distinguidas del globo, además de haber vivido en 12 países y trabajado en los 5 continentes. En 1983 llegó a México a trabajar y terminó quedándose 7 años; durante este tiempo visitó Tequila, cuando aún era una localidad industrial; se fue y a finales del 2013 volvió, enamorándose perdidamente del alto potencial de estas tierras. Al preguntarle acerca de su experiencia personal en Mundo Cuervo, Houweling nos confesó que uno de los mayores retos que tuvo que afrontar fue el de desarrollar una división dentro de Grupo Cuervo y separar la empresa de producción de la parte del servicio, ya que son dos diferentes industrias. “La parte de la producción tiene reglas establecidas y procesos que generan materia de gran calidad y una buena logística de distribución; por el contrario, la industria del servicio requiere respuestas al momento y un trato directo con las personas, es mucho más humano y necesita lograrse una compenetración entre el servicio directo y una excelente atención”, puntualiza Cees. Otro reto se presentó en encontrar el personal adecuado para lograr un servicio de alto nivel internacional, en un lugar donde nunca ha habido un hotel de la categoría de Solar de las Ánimas. Comenta que los detalles más imperceptibles son los más importantes, lo más sencillo resulta siempre ser lo más esencial. Cees Houweling menciona que, sin duda, han logrado alcanzar la excelencia gracias a que cuentan con un grupo ejecutivo competente que, desde el día en que decidieron abrir la fábrica al público, ha actuado siempre bajo la visión de liderazgo del propio Juan Beckmann. Siempre atacando todo con planes detallados y estrategias fundamentadas que han hecho a Mundo Cuervo sobresalir. Resalta también otra parte muy importante de la magnificencia de esta experiencia: romper con la barrera de empleos. Mundo Cuervo también se pensó con el propósito de impulsar la economía de Tequila, generando empleos y logrando una inversión en este destino. Houweling compartió con nosotros las tres reglas básicas que buscan siempre en los integrantes del equipo de trabajo: competencia, vocación y personalidad. Teniendo esto presente desde un inicio, para conseguir el personal que compondría el equipo de Mundo Cuervo, colocaron cabinas en algunas de las plazas más importantes de la zona alrededor de Tequila, estas decían “si quieres trabajar inscríbete”. Más de 1,200 personas se inscribieron y asistieron a una entrevista personal, para que los directivos pudieran identificar las tres reglas básicas en los aplicantes. Después de hacer una selección, dieron capacitaciones pagadas por tres meses. Cees comenta que cualquiera puede alcanzar una posición de alto nivel y que las armas para llegar lejos les son proporcionadas. Finaliza diciendo que la fuerza de un hotel, y de la hospitalidad en general, está en el servicio. Un día en la ruta del tequila El día que visitamos Tequila comenzó temprano, alrededor de las 9 de la mañana, cuando llegó el momento de partir hacia la Estación de Guadalajara. Ahí nos colocaron un brazalete para dividir a los visitantes en grupos, de acuerdo con los paquetes que había adquirido cada quien; una vez listos, nos dirigimos a abordar el José Cuervo Express. Los largos pasillos del tren estaban decorados con amplios sillones color cobre y cómodas mesas. Nos colocamos cada uno en su asiento y, una vez que avanzó el tren, el personal comenzó a servir tequila y bebidas con este destilado. Es una vivencia realmente distinta a cualquier otra; poder disfrutar de un buen tequila con amigos o familia, mientras observas paisajes alucinantes de la tierra del tequila, es algo que nunca se olvida. Al llegar al destino, nos recibió una impetuosa banda de mariachis, entonando algunas de las canciones más representativas de la zona y del pueblo tapatío. De ahí, nos dirigieron al pueblo de Tequila, a una cata de tequila. Posteriormente, nos llevaron a la Fábrica La Rojeña, donde fuimos parte de un minucioso recorrido por las técnicas y procesos de la elaboración del tequila José Cuervo, desde el detalle más simple hasta los procedimientos más laboriosos; desde la selección de la materia prima, su sabor y color, hasta los tratamientos y el destilado. Una vez terminado el recorrido, nos dispusimos a recorrer Tequila para conocer un poco de eso que lo hace un destino tan emblemático. Claro que no podía faltar la degustación de una típica torta ahogada, acompañada de un agua fresca. Una enérgica banda del pueblo tocaba música tradicional en el centro de la plaza principal, mientras entre pláticas y risas intentábamos plasmar cada detalle de esta hermosa tierra en nuestras mentes. Posteriormente, nos llevaron a presenciar un show folklórico, en el cual un grupo de bailarines interpretaban las danzas tapatías, al compás de la música de los mariachis. Tristemente, la jornada llegó a su fin y regresamos a Guadalajara alrededor de las siete de la tarde, con una amplia sonrisa en nuestro rostro y una pieza más de México en el corazón.  

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