Esta isla de Oceanía fue el escenario ideal para dar vida a los fantásticos paisajes imaginados por J. R. R. Tolkien en la versión cinematográfica de su obra El Señor de los Anillos. Así que si sueñas con experimentar la magia del mundo de los hobbits éste es tu lugar. En 2001, el director neozelandés Peter Jackson estrenó uno de los proyectos cinematográficos más ambiciosos en la historia del cine: La comunidad del anillo. Se trataba de la primera de tres cintas basadas en El Señor de los Anillos, la obra cumbre del escritor de culto J. R. R. Tolkien. Estas películas no sólo consolidaron a Jackson como uno de los directores más audaces del cine contemporáneo, sino que pusieron en el mapa a su tierra natal, y es que el director utilizó los impresionantes y bellísimos paisajes de Nueva Zelanda para recrear la Tierra Media, el mítico continente en que transcurren las andanzas de hobbits, elfos y demás personajes fantásticos.
Rotoura

Rotoura

Así, y aprovechando el culto que se le rinde a estas cintas, decidimos recorrer la Ruta del Hobbit para experimentar de primera mano la magia de ese mundo maravilloso que en este país cobró vida. El primer punto fue Matamata, una pequeña isla ubicada al norte de Rotorua, que funcionó como escenario para recrear Hobbiton, ciudad natal de Frodo, protagonista de la historia. El lugar en el que aparentemente todo está construido para diminutos habitantes, funciona ahora como una pintoresca granja, pero sus visitantes todavía pueden ver algunas de las estructuras utilizadas en la película, que a la larga se ha convertido en la principal fuente de recursos del lugar. Takaka Hill es el segundo destino de esta expedición, transformado para la cinta en el bosque de Chetwood. Y de ahí visitamos el parque nacional de Westland, donde está el glaciar Franz Joseph, que aparece en las tres películas representando la tenebrosa Mordor. Para terminar la ruta conocimos las pendientes de Amon Hen, ubicadas en el bosque de Lothlorien, donde guías expertos en la Tierra Media nos mostraron más locaciones mientras nos contaban detalles curiosos de la filmación. Ahí recorrimos los “hoyos hobbits”, que todavía están habilitados, y desde el interior de las pequeñas casas nos asomamos por las ventanas para contemplar los restos del árbol de fiestas que aparece en la cinta, un viejo roble laboriosamente trasladado a ese punto para enriquecer el paisaje. La forma en la que el set fue montado resultó tan atinada que sus habitantes la conservan, lo que le ha dado al poblado una nueva personalidad.
Takaka Hill

Takaka Hill

Para finalizar el recorrido por esta espectacular locación matamos el tiempo en Bag End, donde pudimos alimentar y cuidar a una peculiar especie de ovejas; incluso, si te toca estar ahí cuando hay recién nacidos, puedes darles de comer directamente de unos biberones especiales.   Safari en las alturas Pero en Rotorua no todo es adentrarse en el mundo de El Señor de los Anillos. Nueva Zelanda se distingue por ser uno de los mejores destinos de turismo de aventura, por lo que decidimos que era momento de recibir una buena dosis de adrenalina. Y para admirar el esplendor de la meseta volcánica de Rotorua nada como una excursión en helicóptero: sobrevolamos el monte Tarawera, responsable de la explosión de lava más intensa registrada en la historia de ese país, para después aterrizar en la isla Blanca, donde es posible caminar alrededor del cráter de un volcán activo. Tras volver a abordar el helicóptero volamos sobre las cataratas y finalmente visitamos las reservas de aguas termales que, según sus habitantes, poseen cualidades curativas.   Paraíso gastronómico Uno de los secretos mejor guardados del país es su excelente cocina, una fusión de platos europeos, maorís, polinesios y, a últimas fechas, asiáticos. Al ser una isla, se encuentran pescados y mariscos frescos. Entre las delicias locales encontramos el pipi y el tuatua, los deliciosos moluscos neozelandeses. Además encontramos elaborados platos a base de cordero y venado. Pero si hay un plato a probar es el colonial goose (ganso colonial), que en realidad no es ganso: se trata de una pierna de cordero a la que se le han quitado los huesos para después ser preparada con miel, melocotones, frutas secas y vino tinto, que al final tiene la textura y color de un ganso cocinado. Por supuesto, hay que acompañarlo con un excelente Pinot Noir del país, y es que sus vinos están alcanzando fama mundial. Otra de las especialidades son sus postres artesanales, en particular los pies. De hecho, en cuanto llegas a Nueva Zelanda encuentras cafés y tiendas que ofrecen cientos de opciones diferentes para disfrutar, alejándose completamente de su presentación básica. Atrévete a probar el de carne, pollo y arándanos o cualquier ingrediente que pueda ser horneado. Aunque las combinaciones no parecen muy apetecibles, no dejes de probarlos, es toda una experiencia.   Tierra, agua y aire Durante nuestra estancia en Rotorua nos dimos tiempo para conocer el Tree Tops Luxury Lodge & Estate, una propiedad en la que no sólo tienes la posibilidad de disfrutar de buen hospedaje, pues también puedes realizar actividades como un safari dirigido por un experimentado fotógrafo que te enseña a hacer un mejor uso de tu cámara exponiendo tu lente a los más impactantes objetivos. En el safari tuvimos como escenario un extenso bosque, cascadas que reflejan la luz del sol y observamos exóticas especies de aves a una distancia mínima, casi imperceptible. Para los más atrevidos, en su establo los espera el jinete Diddy y sus caballos, listos para que galopes y te internes en este paseo dentro del bosque, en el que convives con venados, falos y aves en absoluta libertad. No es necesario ser un profesional para hacerlo, aunque si quieres te den lecciones de galope, podrás ir acompañado del famoso jinete para que te sientas seguro. También está la opción de hacer ese mismo recorrido en bicicleta y pedalear 70 kilómetros de camino privado. Nosotros lo hicimos y después de contemplar el paisaje descansamos con un delicioso y reconfortante picnic. A fin de comprobar por qué es éste uno de los mejores lugares del mundo para la “pesca con mosca”, la practicamos en uno de sus pequeños ríos internos. Cuando nos decidimos, encontramos en la habitación todo el equipo necesario e incluso nos ayudó un instructor. Para cerrar el día disfrutamos de una aventura en kayak sobre los ríos de Treetops, donde observamos la fauna acuática mientras probábamos nuestra fuerza y habilidad para dominar la corriente. Sin duda se trató de la aventura de mi vida.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @mariagiuseppina   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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