La tierra de los siete moles y del mezcal es una de las ciudades más icónicas de México. No sólo es cultura e historia: sus paisajes, sus sabores, sus orígenes y su arte, con una importante colonia de creadores locales e internacionales, nos han conquistado.
Casa Oaxaca
Sueños gourmet
El chef Alejandro Ruiz comenzó este hotel como un sueño y hoy es una referencia del turismo gastronómico en el país. Todos sus platos están elaborados siguiendo recetas tradicionales, pero con un toque sofisticado, y se encuentra en las agendas de todos los globetrotters que acuden a la ciudad en busca de inspiración. Todo, desde la antigua casona al menú elaborado bajo la supervisión de Alejandro, cuenta una historia. Uno de esos lugares mágicos a los que siempre se quiere volver y que se recomienda a los neófitos sin temor a equivocarse.
Mupo
Visión local y alma global
En la esquina de las calles de García Vigil e Independencia se ubica este edificio del siglo XVII de arquitectura sobria, construido con cantera verde y altura mesurada —como el resto de los inmuebles de Oaxaca—, que hoy alberga el Museo de los Pintores Oaxaqueños. Se creó en 2003 con la finalidad de ofrecer un espacio al desarrollo contemporáneo de las artes plásticas, ofreciendo exposiciones que promuevan y difundan la obra de artistas oaxaqueños y los conecten con las corrientes artísticas globales.
Mezquite
El sabor de la honestidad
Excepcionales entradas, cocina de la Baja California, mezcales, cervezas artesanales oaxaqueñas y un diseño muy orgánico a cargo de Ricardo Pinto se alían en este restaurante con una terraza que posee excepcionales vistas. El chef Ricardo Lemus de Mexicali integra ingredientes locales en platos deliciosos, como el ceviche de pulpo con miltomate y el esquite con rosita de cacao, mayonesa de chile meco y queso Chiapas o los tacos de cola de res con cebolla encurtida. Además, posee una cava de vinos excepcional.
Mezcalillera
Corazón de agave
Mezcalillera, miscelánea del mezcal, nos presenta una de las formas más orgánicas de disfrutar del mezcal: recorriendo el puente que lleva a conocer la grandeza de sus orígenes, las manos que lo producen y la versatilidad de sus matices. ¿Cómo? Con una colección de mezcales 100% oaxaqueños donde los visitantes pueden degustar cada uno. Todo, desde la música a la decoración, ha sido mimado al detalle. Un templo para los amantes de este destilado.
Los baúles de Juana Cata
Técnicas ancestrales
El amor por los colores, los hilos, las bras y los textiles de Oaxaca llevaron a Remigio Mestas a reunir en su taller, desde hace algunos años, a los mejores artesanos de Oaxaca. Este gurú se ha dedicado a recuperar y preservar el arte oaxaqueño, intentando rescatar técnicas textiles que se han perdido con el paso del tiempo. Sus creaciones han traspasado fronteras y algunas de las piezas que vende en esta tienda son objeto de deseo no sólo en México, sino en Estados Unidos y Europa.
Hierve el agua
Catedral geológica
Hierve el Agua se encuentra a 70 kilómetros de Oaxaca. Aunque la carretera requiere pericia, especialmente en temporada de lluvias, el esfuerzo merece la pena: las dos enormes cascadas petri cadas, esculpidas durante miles de años por el agua carbonatada, son un espectáculo insuperable. En la parte superior, hay unas pequeñas pozas a unos 24 grados centígrados; desde ahí, el agua escurre, pero debido a la fuerte carga de minerales, en su caída ha ido dejando sedimentos durante miles de años. ¿El resultado? Una maravilla natural.
Pitiona
El chef José Baños ha logrado convertir este restaurante en uno de los mejores no sólo de Oaxaca, sino de toda Latinoamérica, gracias su apuesta por las técnicas de vanguardia, la cocina contemporánea y el diseño (la vajilla ha sido creada por el escultor Adán Paredes). Sus recetas, que cambian cada tres meses, son un recorrido por la gastronomía de todo el estado: desde los Valles Centrales a la costa donde él creció, pasando por la Mixteca. Sus ingredientes son un 95% oaxaqueños: un homenaje a sus raíces.
Viaje sentimental y gastronómico
Centro Cultural Santo Domingo
Cuna de la evangelización
El ex convento de Santo Domingo de Guzmán es la construcción virreinal más importante de México —y probablemente de toda América— debido a su mo- numentalidad, su valor artístico y el papel que desempeñó como centro de evangelización. Tras una profunda rehabilitación en los años 90 que duró más de 50 meses se abrió al público este espacio cultural que hoy alberga el Museo de las Culturas de Oaxaca, el Jardín Histórico Etnobotánico (un auténtico sueño), la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa y la Hemeroteca Pública Periodista Néstor Sánchez Hernández.
Origen
El sabor de la autenticidad
Oaxaca se ha coronado como una de las mecas gastronómicas de México gracias a restaurantes como este, comandado por el chef Rodolfo Castellanos, quien ha unido la tradición con la modernidad más honesta. Sus recetas tienen un sello personal y creativo, con ingredientes cien por ciento naturales como hierbas autóctonas, verduras, frutas, semillas y chiles. Su carta está en constante evolución de modo que lo mejor es dejarse aconsejar.
Piedra lumbre
Mixología de diseño
No solo de mole vive el oaxaqueño, también hay un lugar para la diversión y ese no es otro que Piedra Lumbre. Fernando Arce y Betty Ortiz son el alma de este local que ofrece lo mejor de la coctelería contemporánea con un diseño de claras referencias locales (Francisco Toledo diseñó los mosaicos de la barra, que luego fueron elaborados por artesanos oaxaqueños). Otras aportaciones son las de Toño Camuñas, un artista valenciano que reside frecuentemente en Oaxaca, y Dr. Lakra, quien diseñó los mosaicos de la galería. ¿Y los cocteles? Exquisitos. Para los más indecisos o que quieran una guía entre el proceloso universo del mezcal, lo mejor es pedir el consejo de un experto, Javier Ortiz, tras la barra.
#Mezcalmanía
La bebida típica de Oaxaca es el mezcal, que en los últimos años ha experimentado un auge espectacular no sólo en México, sino también en el mercado internacional, con la eclosión de mezcalerías en ciudades como Nueva York, Madrid o Londres. Frente al tequila, que proviene sólo de una variedad de agave, el azul, el mezcal se puede elaborar a raíz de diversos tipos de agave, que aportan una extraordinaria variedad de matices al sabor final.
Su proceso es totalmente artesanal y se remonta a los tiempos prehispánicos. En las cercanías de Oaxaca podrás visitar fábricas que garantizan un toque muy personal en cada uno de sus destilados.
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