Veronique Delvigne, directora científica internacional de Lancôme, ha descubierto el secreto de la belleza para la mujer actual: ser ella misma. Para esta experta, “un producto cosmético es un verdadero amigo”
En 1973, Georges Delbard creó una rosa de color fucsia intenso para la casa Lancôme, cuyas propiedades pudieran proteger la belleza femenina de aquel entonces. Cuarenta años después, las necesidades de las mujeres han cambiado, empujando a la industria de la belleza a seguir el camino de la investigación para no dejar de innovar. La casa francesa ha evolucionado mucho desde entonces, excepto por un detalle: aquella rosa revolucionaria se mantiene con vida.
La rosa de la casa que nace en la villa de Malicorne se trata de un híbrido logrado después de 20,000 pruebas, cuyas propiedades la hacen más adaptable. Esta flor se ha convertido en el en más preciado ingrediente activo de los productos de Lancôme y no ha cambiado, hasta el momento. En 2012, encontraron la manera de extraer sus células y reproducirlas sin perder sus propiedades regenerativas, para incluirlas puras en ciertos productos, como Absolue L’Extrait. En 2014, volvió a evolucionar con un pressé más eficaz, gracias a su disociación a altas presiones.
“Es fundamental saber escuchar a las mujeres y entender sus expectativas para identificar sus necesidades. No es una cuestión de edad, continente o rutina, sino de estado mental: puede haber una actitud muy positiva sobre la edad, mientas que otras quieren luchar contra cualquier signo de ésta. Tenemos que considerar todos estos parámetros para ofrecer algo innovador”, explica Veronique Delvigne, directora científica de Lancôme. Para ejemplificarlo, cuenta que, en los últimos años, el 91% de las mujeres ha declarado tener piel sensible y experimentar momentos de hipersensibilidad, por lo que se han dado a la tarea de trabajar en sueros que combatan esas reacciones.
La directora nos comenta que, en la maison, ella se encuentra siempre haciendo nuevas investigaciones, porque los problemas de belleza son muy variados. “Los problemas actuales son una mezcla de convenciones sociales, signos clínicos reales y causas externas, como la radiación UV, la luz azul y la contaminación. Sobre causas internas, las principales son la dieta, la fatiga, la falta de sueño, el estrés emocional, el estilo de vida y las variaciones hormonales”, afirma.
Su principal inspiración es “la felicidad de ayudar a las mujeres a ser ellas mismas. Estoy convencida de que un producto cosmético es un verdadero amigo”, concluye. Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí

 

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