El Presidente Intercontinental Cancún vuelve a poner el Caribe mexicano en lo más alto del mapa sibarita internacional con sus nuevas instalaciones: suites de ensueño, una oferta gastronómica de altura y un spa donde el placer se transforma en salud.   La palabra icono es uno de esos términos que, cada vez que se usa, se devalúa un poco (lujo, glamour y genio son otros ejemplos). Pero hay ocasiones en las que es obligatorio hacerlo y esta es una de ellas. El Presidente Intercontinental Cancún, uno de los hoteles más emblemáticos del Grupo Presidente, fue uno de los primeros en poner de moda este destino en el Caribe mexicano en 1975. Desde entonces, es uno de los resorts favoritos de quienes eligen esta playa, especialmente tras la intensa —e intensiva— renovación a la que se sometió el año pasado, un lifting valorado en más de 20 millones de dólares que nos lo devuelve con la mejor de las caras posibles.
Restaurante

Restaurante

El lobby sorprende por sus espacios diáfanos, en los que prima lo que llaman Sense of Arrival o Primera Impresión: colores cálidos, materiales locales y, lo mejor de todo, la exquisita hospitalidad maya que dispensa su staff. “In Lak’ech” (Yo soy otro tú). “Hala Ken” (Tú eres otro yo). Y eso es exactamente lo que podemos esperar de una estancia en el Intercontinental Cancún: todo está dispuesto pensando en la comodidad del viajero, desde el Club Lounge en la entrada, con una impresionante terraza con vistas al mar en la que es posible disfrutar de un coctel al atardecer, hasta alguna de las siete Club Suites (con una ducha efecto lluvia en un patio privado, vistas al mar y una amplia terraza que une el dormitorio y la sala de entrada) o —para los más sibaritas— la Ambassador Suite, ideal para un evento familiar, o una de las dos Signature Suites, que respiran lujo.
Habitación con vista a la playa

Habitación con vista a la playa

Lo ideal para dejar atrás el estrés es bajar a la playa, una de las mejores de Cancún debido a su ubicación, y disfrutar del atardecer con un buen libro y un coctel en alguna de las palapas o, en el caso de un grupo de amigos, en una de las cuatro cabañas de playa, que pueden ser rentadas por los huéspedes. Tras un atardecer espectacular, nada como una cena en Le Cap Beach Club, con una carta basada en la gastronomía mediterránea pero con producto local, sobre todo pescados y mariscos. Aunque quien quiera degustar recetas caribeñas y mexicanas, también puede hacerlo en el Restaurante Caribeño.
Alberca para adultos

Alberca para adultos

Despertar en el Caribe siempre es un privilegio, sobre todo si lo puedes ver desde la cama y, tras un amanecer espectacular con un velero al fondo, poco después te espera un desayuno buffet servido junto al mar y, poco después, un masaje en el spa IKAI, una de las grandes innovaciones del Intercontinental Cancún tras su renovación. Tras un masaje relajante de 60 minutos —hay tratamientos más intensivos de 90 minutos, así como faciales, exfoliaciones y terapias a medida—, la vida cobra otro color. ¿Cuál? Un azul índigo, del tono de unos jeans desgastados, a tono para almorzar en el Café Urbano, un nuevo concepto más desenfadado —sus manteles individuales están hechos de mezclilla—, que cuadra perfectamente con el espíritu del nuevo Intercontinental.
Spa

Spa

Las dos albercas del hotel han sido totalmente renovadas y, aunque la playa llama como si estuviese plagada de sirenas, es imposible resistirse a los acabados en mármol, el agua cristalina y un Tequila Sunrise mientras el sol extiende sus últimos rayos unos pasos más allá, en la orilla. ¿Se puede pedir más? La respuesta es sí. Una cena romántica en la playa con langosta, champagne y los mariscos más frescos. El paraíso es esto… Aquí y ahora.

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