Playas de arena blanca, un mar color turquesa y relajación máxima en un entorno tropical que conserva su esencia virgen. República Dominicana se posiciona cada vez con mayor fuerza su belleza paradisíaca, pero también su imbatible competitividad a la hora de satisfacer las peticiones de viajeros experimentados.
De ser visto como un país que se dedicaba a la exportación de azúcar, café y tabaco en poco más de diez años República Dominicana se ha convertido en un destino turístico consolidado. Atesora algunas de las playas más bellas del planeta y los grandes
resorts apuestan por la naturaleza de Punta Cana atrayendo cada vez más a viajeros hedonistas.
Ubicada en el extremo Este de la isla, Punta Cana posee 100 kilómetros de costa y goza de un clima estable casi todo el año. Por su clima privilegiado (la temperatura promedio es de 30 ºC) y el encanto de sus playas se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de El Caribe. Un dato como prueba: hoy suma más de 35,000 habitaciones.
Rodeada de arrecifes de coral, Playa Bávaro —la más bella de Punta Cana— fue declarada una de las mejores playas del mundo por la unesco e, incluso, forma parte de la lista de las cinco mejores de El Caribe. Junto con las playas aledañas conforma la denominada Costa del Coco, que consta de 40 kilómetros de agua cristalina y arena blanca.
Olvidarse del pasado
En 2005 Paradisus Palma Real abrió sus puertas en Playa Bávaro, Punta Cana. Hoy recibe entre 1,200 y 1,600 personas durante la temporada alta. La cadena Meliá sorprendió con un gran resort que combina 424 metros de acceso al mar, un hotel general, un hotel exclusivo para adultos, un hotel boutique (The Reserve), un hotel sólo para familias, campo de golf de 18 hoyos y el segundo spa más grande de la isla.
El resort, de vibrantes jardines tropicales, rápidamente llamó la atención por su exclusiva atención personalizada y el cuidado a los detalles. Como ejemplo, se presta atención hasta a la experiencia olfativa al envolver cada espacio con un aroma único.
Oda a la relajación
Un santuario con filosofía zen, aromas tranquilizantes y música relajante es lo que hallamos al adentrarnos en Yhi Spa. Aunque existe uno dentro de cada Paradisus, el de Palma Real destaca por encima del resto. Sus instalaciones de 8,400 metros cuadrados lo han convertido en uno de los más deseados de Punta Cana.
Su carta de tratamientos es muy amplia y en ella se pueden encontrar desde masajes revitalizantes con aromaterapia e ingredientes como flor de loto, aceite de arroz y técnica hawaiana hasta completos rituales de relajación que combinan envolturas herbales y reflexología.
Uno de los más recomendables es el ritual de hidroterapia que alterna albercas frías y calientes, con regaderas, cascadas y fuentes de presión para envolver la mente y el cuerpo en un estado de renovación absoluta. Además de las diez cabinas tradicionales, en este resort tienen una sección denominada The Oriental donde únicamente se realizan tratamientos asiáticos, como, por ejemplo, los masajes tailandeses.
Un paraíso para los más pequeños
Doce millones de dólares y ocho meses fueron necesarios para crear el único hotel premium de la isla realmente dedicado a familias. Family Concierge abrió en diciembre de 2014 y se encuentra dentro del Hotel Paradisus Palma Real. Su fuente de inspiración es el servicio personalizado característico de los concierges para adultos de su Royal Service. Sin embargo, la oportunidad de negocio estaba en las vacaciones familiares y lo que se necesitaba era un hotel especializado en atender sus necesidades y crear actividades que atendieran a este tipo de público, con un amplio abanico de edades.
La zona familiar es un hotel en sí mismo dentro del gran resort all inclusive, con habitaciones más grandes,
lounge exclusivo, zona de alberca y playa, restaurantes, área de juegos y bar para los adultos. El
concierge y los mayordomos a la disposición de estos huéspedes se especializan en niños y familias. Coordinan niñeras que recogen a los niños en su habitación y los llevan a actividades como talleres de arte dominicano o de elaboración de velas y arreglos florales. Asimismo, hay cuidados las 24 horas del día y la suite se acondiciona considerando la presencia de los más pequeños; como cenas románticas para los padres dentro de la suite o
pool parties dentro de las habitaciones con jacuzzi.
El
confort es lo primero en su lista y para ello tienen amenidades especializadas como almohadas aromatizadas, cambios en el menú de acuerdo al gusto del niño o reservaciones preferentes en el campo de golf, las canchas de tenis o los restaurantes.
Pasión por la buena mesa
La vivencia gastronómica fue apoteósica. El restaurante estrella es Passion, que pertenece al chef Martín Berasategui, quien suma siete estrellas Michelin entre todos sus restaurantes alrededor del mundo.
El menú cambia cada tres o seis meses y es una combinación vasco-francesa, pero con un toque tropical, pues se preocupan por utilizar ingredientes caribeños en sus creaciones. Lo más recomendable es pedir el menú degustación, que consta de seis tiempos en los que se refleja la esencia del restaurante.
Nuestra recomendación: el milhojas de foie, manzana ácida y salmón ahumado con crema de cebolleta.
Cata estilo Caribe
Si hay una bebida que caracteriza a los dominicanos es el ron. La mayoría de los hoteles organiza catas especializadas
para descubrir la esencia del destilado de caña.
- Blanco: de cuerpo ligero, tiene un sabor sutil y generalmente se utiliza como mezclador. Combina mejor con sabores frutales.
- Ámbar: también conocido como ron dorado tiene un cuerpo medio y es bastante suave al paladar cuando se bebe solo.
- Oscuro: de gran cuerpo por haber pasado por un proceso de fermentación de varios años, deja un sabor intenso a caramelo y es el que se consume tradicionalmente sin combinar.
- Añejo: se trata de aquellos rones que mezclan licores jóvenes con aquellos que por lo menos hayan cumplido diez años.
