Bastaron un par de visitas para que el interiorista Didier Gomez captara la esencia del Renaissance Paris Vendôme Hotel. Después, como si fuese en realidad un personaje femenino al que habría de vestir, dotó a la propiedad de un estilo urbano y contemporáneo. Estilo único que revela, sutilmente, el carisma del siglo XVIII.
La primera sorpresa es un lobby convertido en una gran sala de estar que eclipsa, discretamente, a la recepción adyacente. Ello con ayuda de la luz natural que filtra un inmenso techo de vidrio. Una vez ahí, la atmósfera invita a sentirse como en casa para disfrutar un café en la comodidad de un sofá. Además, la decoración y el mobiliario permiten fluir con libertad entre los asuntos profesionales, las reuniones de negocios y el ocio. Y el trabajo y el placer son altamente compatibles en Le Studio, donde es posible sentarse frente a la chimenea, navegar por la gran colección Taschen de la biblioteca -después de recibir la visita de un socio en las mesitas privadas- y jugar una partida de ajedrez.
Didier Gomez ha adquirido fama por diseñar las casas más sublimes del mundo, incluidas las de Yves Saint Laurent, Pierre Bergé, Bernard Arnault, Bill Gates, Robert de Niro, Julia Roberts e incluso el palacio del rey de Marruecos. Y su talento queda de manifiesto en los espacios que conforman una sala con fotos de Ylka Popkova, Egorr y Kladyk, que ilustran una feminidad poética con algunos accesorios de iluminación que evocan la majestuosidad floral del cercano Jardin des Tuileries; las curvas de los sillones, contrastantes con los muros de concreto, elogian la arquitectura original de una propiedad que alguna vez fue la mansión del duque de Noailles.
Diseño único
La maestría de Gomez también se hace patente en las 97 habitaciones que ocupan este edificio de seis pisos en la rue du Mont-Thabor. Cada una poseedora de un diseño cómodo y cálido que conjuga el roble claro francés con muebles y accesorios de manufactura artesanal, como cabeceras de cuero con doble grapado, lámparas colgantes de vidrio
soplado, hojas de plata, azulejos espejados, toques de mármol, terciopelo y lelièvre… sin olvidar telas con estampados gráficos a medida y una imagen colgada en el techo que sorprendentemente da la vuelta a las perspectivas establecidas.
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Las habitaciones y, en general, el diseño del Renaissance Paris Vendôme Hotel, dejan al descubierto un profundo afecto por el emblemático barrio donde se sitúa: entre la Plaza de la Concordia, la Plaza Vendôme y rue Saint-Honoré, en pleno corazón de la capital francesa. Ahí donde converge la más prestigiada artesanía joyera, relojera y de alta costura. Por ello, nada resulta más natural para el hotel que compartir con sus huéspedes el ingenio del vecindario en un taller semanal que forma parte de su oferta de experiencias exclusivas.
Así, el invitado destacado en el vestíbulo podría ser un fabricante de silla de montar, un joyero prometedor, un apasionado chocolatero o una florista dedicada que ha sido seleccionada por su creatividad, originalidad y estilo en el marco del Premiere Classe Tuileries.
Por otro lado, la singularidad de la proa de un barco -con cubierta de madera y cómodos divanes- da cuenta de la inspiración de Gomez para crear el espacio que enmarca una pequeña piscina donde las sensaciones placenteras no encuentran límites.
Un viaje a través del paladar
A la gracia de los espacios se suma un servicio culinario a cuarto y a Le Studio abastecido por Balagan, el restaurante del que todos hablan en París. Y no es para menos: sus dos famosos chefs israelíes, Assaf Granit y Uri Navon, disfrutan trabajar tan cerca de los productores como sea posible. Sus platos deliciosos, enérgicos, coloridos e inventivos, le dan nueva vida a lo cosmopolita y redondean el bleisure del Renaissance Paris Vendôme
Hotel de Marriott International.
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