La noticia de la muerte del astro futbolístico argentino Diego Armando Maradona, tomó por sorpresa a propios y extraños del ámbito del balón, del mundo entero.

Pero más allá de ser ahora ser uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos del equipo celestial junto a Alfredo Distéfano, Carlos Alberto, Johan Cruyff y muchos otros, nunca olvidaremos al Diego cómo ícono del estilo de vida y del mundo de las celebridades.

A pesar de haber tenido dos recaídas económicas que casi lo dejaron en la bancarrota, los verdaderos lujos llegaron a la vida del astro al ser contratado en los Emiratos Árabes como manager del Al Fuyairah, principal equipo del Emirato homónimo.

Muerte Diego Maradona

A Fuyairah llegó por el jeque Hamad bin Mohamed Al Sharqi, su gobernante y gran admirador del astro quien fue el artífice de que se mudara al Emirato, en pos de desarrollar el proyecto futbolístico del equipo.

Más allá de la Ferrari Testarossa y la F40 nera (capricho concedido por don Enzo Ferrari) que piloteó a su paso por Italia, el lujo llamó a la puerta del astro en Dubai, donde en sus últimos años anduvo abordo de un Rolls Royce Phantom y un BMW i8 blanco.

Más allá de ser querido y venerado por celebridades del mundo como el cineasta Emir Kusturica, quien lo inmortalizó en el filme Maradona by Kusturica, el ídolo más popular de Argentina, se codeó artistas y deportistas de todas las disciplinas.

Incluso el grupo inglés Queen a través de su cuenta de Instagram @officialqueenmusic, hizo en estas horas su honor a la leyenda: “RIP Football legend Diego Maradona” y una foto memorable de Neal Preston, donde el jugador había intercambiado “camiseta” con Freddie Mercury y en sus manos los palillos del baterista Roger Taylor.

Foto: @officialqueenmusic

Pero lo que lo ha llevado a otro nivel son las canciones escritas personajes de la tribu rockera argentina y hasta española en pos de una adoración sin igual.

El himno “Para siempre Diego” de los Ratones Paranoicos argentos es claro ejemplo de un hit que pasó a ser mucho más que una canción.

Cualquier imagen del universo maradoniano fue, es y será musicalizada con “…Quisiera ver al Diego para siempre… Gambeteando por toda la eternidad… Para el pueblo, lo mejor Diego Armando Maradooo“.

Durante una entrevista periodística del año 2000 en la TV argentina, en días de su internación contra las adicciones en Cuba, Maradona confesó que después de conocer a Juan Pablo II, el sumo pontífice de cuando radicaba en Nápoli, pensó: “Vive en un lugar con techos de oro, mientras tanta gente pasa hambre, y después va y besa la tierra de los países pobres”.

Por esto y por los numerosos sucesos de extrema argentinidad es que Diego Maradona fue idolatrado e incluso criticado por sus múltiples paternidades y su adicción a la cocaína, que en dos ocasiones lo llevó a un diálogo cercano con la muerte.

Seguramente ese pacto fue hasta un día como hoy, pero antes de eso el futbolista de la zurda implacable y un excéntrico reloj en cada muñeca (además del Hublot Big Bang Diego Maradona, se le ha visto Bulgari, Cartier y Rolex de los 80s combinados con extensible jubilee, fue reconocido por músicos como Charly García, Manu Chao, Mano Negra y el cantante de cumbia cordobés Rodrigo Bueno.

La canción que Bueno y su banda compusieron para el ídolo durante su tratamiento en Cuba por su adicción a la cocaína, bajo personal supervisión del comandante Fidel Castro, fue “La Mano de Dios“, en referencia al gol del Diez a Gran Bretaña en el estadio Azteca durante el Mundial 1986.

La historia de “La Mano de Dios” comienza cuando le preguntaron a Maradona por ese gol…

El siempre dijo que fue “La Mano de Dios” y el fotógrafo mexicano Alejandro Ojeda Carbajal fue quien inmortalizó ese momento en una fotografía en que se ve claramente que el gol fue con la mano.

Estas canciones no hacen más que demostrar la bonomía de un ser humano que sufrió en la vida, tal vez por su humilde condición social al llegar al mundo.

Pero lo que hizo Diego Armando Maradona con su estilo de vida excéntrico, ya que se lo ha visto llegando al aeropuerto de Ezeiza enfundado en sobretodo de piel de zorro, fue regalarle una gran alegría a todo un pueblo.

Al momento de su consagración, Argentina venía de transitar una sangrienta dictadura, una guerra como la de Malvinas en 1982, y del cambio de un sistema de gobierno militar a uno democrático en 1983.

Todo ese tormento se coronó en 1986 con el país sumido en un grito unánime, el de “Argentina Campeón” y todos los argentinos saben que Maradona fue el artífice de esa alegría, y luego el segundo puesto en Italia en el año 1990.

Y por eso el extremo cariño de una nación, la argentina y la maradoniana, a ese “barrilete cósmico” como alguna vez lo definió el relator uruguayo Víctor Hugo Morales, y el profundo y eterno reconocimiento como ídolo mundial indiscutido.

Los restos del astro serán velados desde mañana en la Casa Rosada o palacio del gobierno nacional en Buenos Aires, en la misma explanada donde Argentina despidió al ex-presidente Néstor Kirchner.

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