Thompson Zihuatanejo abandera un destino que se ha convertido en
referente global para quienes buscan relajarse, al tiempo de vivir experiencias con efecto multiplicador. Además de paisajes admirables, el hotel posee una infraestructura segura y confortable, capaz de arrancar suspiros con su particular ambiente bohemio que concilia el cálido encanto del pueblo pesquero que lo rodea.
El complejo de cinco estrellas se ubica en uno de los entornos más bellos de las costas de Guerrero. Frente a La Ropa, una de las playas de arena blanca más serenas para nadar en el Pacífico mexicano, enmarcada por un paisaje selvático exuberante, con cascadas acompasadas y una laguna tranquila que se encuentra dentro de los terrenos de la propiedad.
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Rodeadas de palmas y cocoteros, sus suites con piscinas privadas de inmersión ostentan la estética distintiva de Thompson, mientras que las renovadas villas de uno, dos y tres pisos transmiten un lujo tan refinado como legítimo. Con acentos de madera de parota, detalles de latón, lámparas de barro de Oaxaca y obras de arte contemporáneo mexicano, el estilo muestra un equilibrio delicado entre el mundo antiguo y el actual, con un sutil toque urbano.
En ellas es posible disfrutar de relajación extrema, con el servicio de masaje privado, antes de aventurarse al deleite de la contemplación de un atardecer vestido con puestas de Sol memorables, las mejores del Pacífico, y navegar entre las sensaciones que promete (y cumple con creces) la oferta gastronómica de Thompson Zihuatanejo, liderada por el chef Miguel Baltazar.
CULTURA CULINARIA
A lo largo de su carrera, el chef Baltazar ha contribuido a que numerosas propiedades de lujo en México y otros destinos del mundo alcancen estándares AAA Five Diamonds, Forbes Five Stars y Relais & Châteaux. La experiencia que ganó a lo largo de 10 años le permitió crear una cultura culinaria en Thompson Zihuatanejo que abraza la tradición, aplicando técnicas indígenas con un toque innovador y un enfoque sostenible.
El chef ejecutivo ha impulsado el jardín del resort, o Calpulli (“tierra comunal”, en náhuatl) donde se cultiva gran parte de los productos que se utilizan en los restaurantes del hotel, como tomates silvestres, hibisco y cilantro criollo.
Remontándose a las antiguas tradiciones culinarias de la región, Baltazar incorpora distintos elementos del fuego en sus creaciones para el restaurante insignia del hotel: Ceniza, cuya alma y corazón es el asador artesanal al que se ha nombrado “la jaula”, mientras que en HAO presenta sabores frescos que cuentan una historia y ofrecen un sentido de pertenencia que rinde tributo a la herencia pesquera de la cálida bahía de Zihuatanejo.
La excelencia en el servicio que distingue a Thompson se hace patente
en la oferta gastronómica y en todas las amenidades que brinda. Por ello, esta propiedad es ideal para una escapada romántica, una celebración íntima o, simplemente, para regenerar el cuerpo y el espíritu en un destino lleno de magia, cultura y riqueza natural.
Artículo originalmente publicado en la edición print de Forbes México. Marzo 2021.
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