Hay sitios emblemáticos en México que fueron tallados por la naturaleza y ofrecen un espectáculo visual. Situado en El Rosario, Baja California, al sur de San Quintín, encontramos una de estas maravillas que impresionan a los viajeros y que se encuentran ocultos, pero que ofrecen aventuras inolvidables, se trata de La Lobera.
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Este espacio es considerado un santuario natural, se trata de una roca con forma de cráter que fue erosionada por el viento y el mar con el paso de los años, al fondo encontrarás una playa en cuyas orillas descansan focas y lobos marinos con sus crías. Si levantas la vista verás aves surcando los cielos, ofreciendo un espectáculo sin igual.
La Lobera es prácticamente un lugar desconocido, debido a su ubicación, pero también es considerado un sitio emblemático en San Quintín y uno de los atractivos turísticos más impresionantes de la región que salen de aquellos sitios concurridos por los viajeros.
El lugar cuenta con un mirador, desde donde podrás admirar la majestuosidad formada por la naturaleza y si eres un amante de la fotografía tendrás la oportunidad de admirar a la fauna, como los ‘juancitos’, una especie de ardilla pequeña, o el águila pescadora; además de la flora desértica que engalana la zona.
Si caminas hacia la zona del acantilado, podrás observar el canal por donde entran nadando las focas y lobos marinos para relajarse en las costas de la playa.
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Llegar a este destino icónico de El Rosario no es sencillo, por ello los viajes se hacen en un vehículo todo terreno, ya que el camino comienza por la carretera de San Quintín, se deben recorrer aproximadamente 5 kilómetros de caminos de terracería escondidos entre imponentes montañas.
Durante el trayecto, los paisajes campiranos con árboles y cultivos te permiten admirar la naturaleza que rodea a La Lobera, sintiendo el viento en tu rostro y regalándote un momento de paz. No olvides tomar fotos del paisaje que te presume el desierto y la playa
En los alrededores de San Quintín encontrarás restaurantes con cocina de autor, con platillos nativos para deleitar el paladar, así como hospedaje para descansar después del largo trayecto.
Una de las mejores épocas del año pasa visitar La Lobera es en febrero, ya que en esta fecha es cuando las especies tienen a sus crías.
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Lo mejor que puedes hacer en La Lobera es conectarte con la naturaleza, por un lado el imponente silencio del desierto y el contraste de las olas golpeando los acantilados, una especie de lucha de la naturaleza que provoca que todos tus sentidos se despierten, regalando una sinfonía sin igual.
En tu mochila no olvides cargar botas todo terreno, traje de baño, protector solar, sombrero, agua para mantener tu hidratación, algún snack y toda la disponibilidad para experimentar por tu cuenta uno de los sitios mágicos que nos regala la naturaleza mexicana.
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