A la distancia, la Torre Eiffel y la Catedral de Notre Dame vigilan con recelo a Belleville, como si quisieran que nadie lo descubriera. Quizá no tenga la fama de otros barrios parisinos, como Montparnasse, Bastille o Batignolles, pero no la necesita. Esta encantadora villa, situada al noreste de la “Ciudad Luz”, seduce a los paseantes con un ambiente bohemio que revela una cara poco explorada de la metrópolis, cuya definición remite inevitablemente a drama y romance por igual.
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Ahí, el Novotel Paris 20 Belleville se erige como una singular propuesta de hospedaje, la cual es producto del reciclaje urbano y arquitectónico que, en los últimos años, ha cambiado el rostro de una acogedora zona, donde la fusión entre la ciudad y la naturaleza encuentra un renovado motivo de autoexpresión.
Por ello, este refugio de hospitalidad requirió de un esfuerzo de tres años para reacondicionar un antiguo edificio de oficinas de los años 90, con el objetivo de resaltar, en cada detalle, un espacio diáfano y moderno.
Esta característica resalta en el diseño de sus habitaciones, decoradas con frescos que emulan las cúpulas de emblemáticos edificios en la capital francesa. Y el estilo parisino que seduce al mundo se contempla desde los amplios ventanales de su restaurante, Mozani, de inspiración bistró.
Éste se yergue como el preámbulo perfecto para recargar energía y salir al encuentro de un pintoresco barrio, donde las galerías de arte, los tiendas de diseño y los lugares de moda son cada vez más comunes.
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Sin embargo, la cita infaltable, cuando la tarde comienza a caer, es en la propia terraza del Novotel Paris 20 Belleville. Ahí, las espectaculares vistas que dominan la ciudad se acompañan con un delicioso café, un té o una cerveza local. Todo suma al momento de enmarcar postales entrañables en la memoria.
