Hace 195 años en el pueblo de Gabellara, en la provincia d Vicenza en Italia se plantó un viñedo local y familiar. Hoy es la empresa vitivinícola más grande de aquel país europeo, con nueve bodegas, más de 200 etiquetas y exportación a más de 100 países. Zonin, cuyo porcentaje de ventas por exportación asciende al 75%, continúa en busca de expansión para enamorar a nuevos mercados con sus elegantes caldos. México es el más reciente, al cual llegaron a finales del mes de septiembre con cerca de 10 etiquetas. Conversamos el vicepresidente de la casa de vinos, Francesco Zonin, séptima generación de la empresa, quien nos compartió la historia detrás de la misma, los secretos de su éxito y su nueva relación con el público mexicano. “Poco a poco es nuestra filosofía. Hoy en día todo es rápido, todo es ahora, pero no es así con el negocio del vino. Cosechas una sola vez al año y no puedes ser más rápido que la naturaleza, por lo que nos regimos en una ideología de paso a paso. Crear una marca y una cultura detrás de ella requiere de tiempo”, nos confiesa Francesco. En aquel pueblo ubicado entre Venecia y Verona estaba plantado un pequeño viñedo que durante 100 años solamente tenía un uso familiar. En 1921 el tío abuelo del ahora vicepresidente regresó vivo de la Guerra Mundial y vio aquel viñedo con otros ojos. Italia se estaba reconstruyendo y era el momento perfecto para transformarlo en un negocio. “Él no pudo tener hijos, por lo que adoptó a mi padre, quien en 1957 se unió a la compañía y 10 años después se convirtió en el presidente”, nos cuenta Zonin. Italia es uno de los países más ricos en diversidad de uvas, con entre 600 y 1000 variedades locales distintas, pero no fue sino hasta los sesentas que se dio una especie de revolución del vino y las empresas comenzaron a experimentar con varias de ellas. Entonces fue que la compañía decidió hacer sus inversiones más fuertes y comenzar a comprar terrenos en otras regiones de Italia hasta llegar a las nueve que tienen actualmente. “Para crecer ciertas variedades debes hacerlo en su lugar de origen (…) Buscamos las variedades más interesantes y nos fuimos ahí para su vinificación”, explica. El modelo de negocio ha sido pieza importante en su éxito y crecimiento, ya que consiste en que cada bodega es independiente, incluso tiene su marca propia. Ahí se cosecha, se crea el vino y se embotella. No obstante, después todas las botellas se envían a la oficina central, que sigue estando en el pueblo donde nación, y de ahí se envían a los destinos correspondientes. La familia, explica Francesco, funciona como una especie de consultor. Al creador del vino de cada bodega se le permite trabajar independientemente, para que el resultado final represente la esencia de la región, pero es la labor de la familia asegurarse de que también siga el sello distintivo de la casa, que consiste en vinos elegantes y no demasiado intensos. “Es un tema de balance. Tratamos de que nuestros enólogos sean independientes, pero que a la vez sean parte de un gran equipo. Por lo tanto, nos aseguramos que los enólogos de las distintas bodegas se junten seguido, compartan su información y puedan convivir para no perder la idea de un gran equipo”.
Hermanos Zonin

Hermanos Zonin

El secreto de una empresa familiar exitosa Llegar a la tercera generación en la mayoría de las empresas suele ser un reto y en Zonin se encuentra la séptima liderando a la compañía. No obstante, Francesco nos comenta que la industria del vino es para él la excepción de la regla. “Muchas bodegas son negocios familiares, porque necesitas una familia detrás para entender que para obtener resultados toma tiempo. Es más, a veces toma generaciones enteras. Mi papá inició el mercado de Estados Unidos en los sesentas, pero apenas ahora estamos viendo esos resultados. Tardó hasta llegar a mi generación”, cuenta en empresario. Sin embargo, él cree que no es solo un tema de tradición, sino de la visión que han tenido en la empresa en cuanto al paso generacional. Él considera que el mayor error que se comete en las empresas familiares es que la siguiente generación entre a trabajar recién sale de la escuela, pues en ese punto realmente no se sabe trabajar, pero se cree que se sabe y hay una tendencia por querer cambiar todo. “En nuestro caso, después de graduarnos entramos a trabajar a otros lugares fuera de la compañía para aprender qué significa el trabajo, acatar órdenes y aprender a ser parte de un equipo. Te tienes que hacer bueno en tu trabajo antes de llevar tu trabajo a tu propia compañía, así también te ganas el respeto de tu personal por lo que sabes hacer y no por ser el hijo del dueño”, dice quien se graduó en 1998 y no entró a la empresa sino hasta 2004, después de haber pasado un tiempo en viñedos de California, EE.UU.     vinos zonin Los retos de la industria del vino en la actualidad “Los negocios cada vez se hacen más difíciles a nivel global. Debes ir muy rápido y no cometer errores, porque uno solo te puede costar muy caro. Pero sobre todo, debes crear un gran equipo. El equipo debe ser más fuerte que cada individuo. Mientras más fuerte sea, más posibilidades tienes de fortalecer a tu compañía”. El empresario cuenta que en los setentas y ochentas el reto de la industria era hacer un buen vino, y una vez que se obtenía el éxito estaba casi asegurado y no se necesitaba más. Ahora, un buen vino es la primera condición, se encuentran buenos elixires con facilidad y ya no es sólo en Italia, Francia y España, sino que se ha extendido a Estados Unidos, Sudáfrica, Chile, Argentina, México, Nueva Zelanda y China, por mencionar algunos. A su parecer lo que se necesita ahora es un excelente equipo más allá del vino, sino en mercadotecnia, en ventas y sobre todo en entender a los distintos mercados, conocer su cultura y su comportamiento. Además, nos cuenta que una de las decisiones más sabias que ha hecho al frente de la compañía es abrir el negocio y abarcar también el tema de la distribución. Explica que el gran problema hoy en día es que han crecido el número de productores y también lo ha hecho el número de consumidores. No obstante, ha disminuido la cantidad de distribuidores. “Hace diez años comprendimos que la distribución se convertía en un factor clave. En 20 años se han incorporado nuevos mercados como México, Canadá, China, Corea y Europa del Este llevando a nuestro mercado potencial de 600 millones de personas a 2,500 millones o más”. Es así como en 2004 en lugar de invertir en un nuevo viñedo lo hicieron en una red de distribución en sus mercados clave: EE.UU, Reino Unido y China, así como presencia directa en Brasil, Alemania, Canadá, Emirados Árabes y el sudeste de Asia. Los resultados han superado las expectativas, pues la empresa en Estados Unidos que solía valer 3 millones de dólares en 2005 hoy en día se eleva a 65 millones de dólares. De igual forma en Gran Bretaña creció de 800,000 libras a 30 millones de libras en 10 años. bolani México e Italia: una correspondencia cultural A pesar de confesar que aún le falta mucho por conocer el mercado mexicano éste era el momento ideal para acercarse, no sólo por la economía, sino porque la gente en el país se está acercando más al vino y está dándose un interesante intercambio cultural entre México y Europa. “Vemos en Europa mucha más gastronomía mexicana e ingredientes que provienen de México. Queremos hacer lo mismo de este lado y llevar parte de la cultura italiana a través de nuestros vinos”. En el país ve oportunidades muy amplias, como los minoristas, los importadores, los grandes restaurantes y cadenas en crecimiento. Dentro de los vinos que considera van a ser más atractivos para el mercado considera al Prosecco y al Asti. Finalmente destaca que las similitudes entre la gastronomía Mexicana e Italiana son muy grandes, como el uso de especias, jitomates, maíz y frijol que hacen que ésta sea más compatible con vinos del país de la bota que de otras regiones.   Síguenos en: Twitter Facebook Instagram

 

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