Después de ser diagnosticada con cáncer de mama a los 30 años, Alejandra de Cima pensó que su vida se había acabado. Sin embargo, lejos de eso, Alejandra tuvo una pronta recuperación e inició una fundación para ayudar a que las mujeres con este mismo diagnostico se atendieran en un entorno digno y recibieran el acompañamiento adecuado para que entendieran que su vida no había acabado.


En 2002 Alejandra fundó Fundación Cima, una organización no gubernamental sin fines de lucro que ayuda a reducir la mortalidad por cáncer de mama en nuestro país, a través la información sobre este cáncer, el acceso al diagnóstico oportuno y brindando apoyo emocional a las mujeres que han sido diagnosticadas.


Con motivo del mes rosa, la filántropa mexicana, platicó con Forbes Women, desde Alemania, sobre los ajustes que se han tenido que hacer en su fundación por la pandemia de Covid-19.


Fundación Cima ha tenido que hacer muchos cambios a raíz de las exigencias de distanciamiento social por la crisis sanitaria, pues las mujeres con cáncer de mama son más vulnerables a contraer Covid-19. Lo cual ha provocado que los apoyos que antes eran presenciales ahora se hagan en línea.

Sin embargo, la mayoría de sus pacientes lograron adaptarse a las consultas médicas y los grupos de ayuda por Zoom. “Las mujeres nos dicen que es una maravilla que ya no se tengan que trasladar a la fundación para recibir los apoyos”, comenta alegre Alejandra, pues con este cambio se ha podido ampliar la ayuda a través de toda la república mexicana.


Alejandra recuerda que después de ser diagnosticada con cáncer de mama, nunca asistió a ningún grupo de ayuda: “Ni lo busqué, ni se me ofreció, ni tenía la información para saber que un grupo de apoyo me podía ayudar. Quizás por eso empezamos a darlo en la fundación, porque después entendí lo necesario que era.”


Fundación Cima es una organización que se sustenta sobre todo por los donativos que se hacen a la iniciativa, por lo que Alejandra explica que con la crisis económica que vivimos a causa del Covid-19, el panorama de la fundación era muy incierto: “Sí se cerraron algunas puertas, porque muchas empresas decidieron apoyar el tema del Covid. Entonces nosotros comenzamos a manejar comunicación en el sentido de que había llegado el Coronavirus, pero las problemáticas con el cáncer de mama seguían aquí.”

La fundadora de Fundación Cima comenta que no fue hasta septiembre del año pasado cuando los donativos a la organización se recuperaron.


Otra labor que tuvieron el año pasado, fue recordarles a las mujeres la importancia de continuar con su tratamiento a pesar del miedo a exponerse al Covid-19 saliendo de sus casas. “Lamentablemente sí hubo varios meses en los que no se diagnosticó y no se trató oportunamente el cáncer de mama, entonces lo más probable es que esto desemboque en complicaciones en los años siguientes, como el cáncer con metástasis”, comenta Alejandra.

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Para reducir estos casos Fundación Cima ha realizado en vivos en a través de la página de Facebook Tanto por hacer, donde dan información y resuelven dudas de las pacientes acerca de cuando es posible posponer el tratamiento oncológico y cuando ya resulta peligroso hacerlo. A su vez recuerdan a las mujeres la importancia de realizar la autoexploración constante, asistir al ginecólogo una vez al mes para la exploración clínica y realizar mamografías anuales a partir de los 40 años.


Alejandra de Cima conoce las consecuencias de no detectar el cáncer de mama a tiempo, pues la primera vez que ella sintió un pequeño bulto en uno de sus pechos fue al médico y este negó la posibilidad de que se tratara de cáncer.

“Tuve una detección temprana, a pesar de que perdí ocho meses para que me mandaran a hacer los estudios adecuados. Pero yo tuve mucha suerte, en la mayoría de los casos la detección oportuna es la clave para sobrevivir a esta enfermedad”, explica la filántropa.

Adaptación de los programas de Fundación Cima
La feria Rosa total y la carrera Huellas, son dos programas organizados por Fundación CIMA que fueron suspendidos a partir del año pasado por la pandemia. Sin embargo, este año, la carrera Huellas regresará de manera virtual del 25 al 31 de octubre.


Los que deseen participar en esta deberán registrarse en www.emociondeportiva.com. Entre las actividades que se pueden realizar están: caminar, correr, bicicleta, yoga, pilates, estiramientos y nadar. Dependiendo del tiempo que pasen haciendo ejercicio serán los kilómetros que se contarán.


Cimabus fue otro programa que se detuvo momentáneamente, pues este consiste en una camioneta que lleva a las mujeres de localidades lejanas a las instalaciones de la fundación para realizarles sus citas de exploración y mamografías. Afortunadamente después de un mes y medio de comenzada la pandemia pudo seguir operando con las medidas de protección necesarias para garantizar la salud de sus pasajeras.


Además de los apoyos que brinda fundación Cima desde hace ya casi 20 años, el año pasado se dieron despensas de productos básicos, para que las mujeres con cáncer de mama no se arriesguen al salir a comprar comida.

“Hemos trabajado desde hace 19 años en Fundación Cima y estamos convencidas de que sí hemos hecho una gran labor en cómo se percibe el cáncer de mama y cómo hablamos de él. Ahora podemos salir y decir sí, yo tengo cáncer y ¿qué creen? valgo igual o más de lo que valía antes porque encontré mi fortaleza y ahora sé quién soy”, finaliza Alejandra de Cima, un poco en nombre de todas las mujeres que han pasado por cáncer de mama y un poco por su propia experiencia.

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