En México, solo tres de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) son mujeres, de acuerdo con el Instituto Mexicano (IMCO).

Esta brecha se forma a raíz en los roles de género y ante una educación básica sin perspectiva de género. Las carreras STEM se asocian con habilidades como la resolución de problemas complejos, pensamiento analítico y crítico así como la capacidad de aprendizaje, las cuales son más valoradas, remuneradas y demandadas en el contexto laboral actual.

De acuerdo con el IMCO, los egresados de estas carreras ganan en promedio 1,000 pesos más al mes que los egresados de otras áreas y la brecha salarial es menor, sin embargo, las mujeres no cuentan con una representatividad media o alta. ¿A qué se debe esto?

La directora de la Sociedad Incluyente en el IMCO, Fátima Masse, abundó que si bien las niñas presentan mejores resultados en la prueba de matemáticas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) en comparación con los niños, en la secundaria los resultados se invierten por los roles de género y el contexto cultural.

“Pareciera que constantemente traemos en la mente que las matemáticas y la ciencia no son para las niñas”, reconoció la experta en entrevista con Forbes México, y añadió que estas ideas crecen en el seno familiar y “se van reforzando a lo largo de la educación básica”.

Según estudios realizados por el IMCO, el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país podría aumentar un 15% si entre 2020 y 2030 se suma a 8.2 millones de mujeres a la fuerza laboral. “Como las carreras STEM están mejor pagadas y tienen una menor brecha salarial, muy probablemente veríamos que esta estimación sería mucho más alta si aumentan las mujeres en estas áreas”, admitió la especialista.

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La brecha de género nace en el salón de clases y se refuerza en la familia

Estas barreras a las que se enfrentan las niñas a lo largo de la educación básica provocan que al cursar la educación media superior solo el 13% de ellas piense en estudiar una carrera STEM a nivel licenciatura. A pesar de que la brecha salarial es mucho menor: 18%, en contraste con el 22% que existe en otras áreas.

“Es importante añadir perspectivas de género en los contenidos de las escuelas para que sea común hablar de personalidades como Madame Curie o de científicas, ingenieras y matemáticas que están haciendo diferencia”, consideró.

La también economista recomendó que la orientación vocacional se imparta a partir de la educación secundaria para tener mayor conocimiento sobre la carrera universitaria o técnica que las mujeres quieren estudiar.

Ante esto, el IMCO cuenta con el medidor Compara Carreras, el cual le brinda a los y las estudiantes información sobre los trabajos, salarios y otros indicadores profesionales relacionados con las profesiones de su interés.

“Tenemos que buscar rutas para orientar a los jóvenes a que tomen decisiones mejor planeadas y que estén conscientes de lo que implican, porque los vemos pequeños pero están tomando decisiones que van a marcar su futuro”.

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El campo laboral: otro reto para las mujeres

Sin embargo, las brechas de género no terminan en la educación básica y media superior, sino que continúan aún después de haber decidido estudiar carreras STEM.

“Las mujeres tienden a concentrarse en áreas que tienen que ver con tecnologías de la comunicación y los hombres en ingenierías”, añadió.

E incluso dentro del área laboral, las profesionistas STEM siguen encontrándose con problemas pues la tasa de participación de las mujeres sin hijos es de 78%, mientras que con hijos se reduce a 64%.

La especialista argumentó que medir la brecha de género en cada empresa y lugar de trabajo permitirá que se realicen acciones enfocadas en sus puntos débiles, así como ofrecer mejores opciones de trabajo flexible para mujeres y hombres.

“El gran problema de México se resume a que nos quedamos con las cuotas. Y no, estas tendrían que ser el primer paso dentro de una agenda muy ambiciosa para lograr que las condiciones laborales permitan a más mujeres aprovechar oportunidades económicas que las ayuden a crecer”, aseguró.

“Nos tenemos que quitar la idea de que sumar a más mujeres es una cuestión de responsabilidad social, pues realmente es algo que le conviene al mundo laboral y de lo que nos beneficiaríamos todos”, finalizó Masse.

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