El plan a corto plazo de Ford es producir sus unidades con componentes reciclados o renovables. Hoy presume que cada vez más partes de cada uno de sus vehículos es verde.     Por Enrique Torres Rojas Fotografías y video: Julio Hernández     Si los pronósticos se cumplen, este año Ford fabricará en México unos 300,000 autos Fusion en su planta de Hermosillo, Sonora. Como parte de su plan de sustentabi­lidad, la automotriz consumirá más de medio millón de jeans de mezclilla usados, 23.4 millones de botellas de plástico de medio litro y 18,600 millones de semillas de soya. Esto será una buena noticia para las empresas de reciclaje, ya que Ford fabrica con estos peculiares insumos distintas partes del Fusion como asientos, molduras y alfombras. En momentos en los que los autos lige­ros, de bajo consumo de combustible y menores emisiones ganan terreno en el mercado estadounidense, la automotriz de Dearborn, Michigan, trata de conciliarse con los consumidores de ese país interesa­dos en el medio ambiente. Después de la crisis financiera de 2008, que llevó a la quiebra a General Motors y Chrysler y que produjo una estrepitosa caída en el mercado estadouni­dense, de 17 millones de unidades vendidas a 14 millones, la industria está de regreso. Este año podrían venderse 15.3 millones de uni­dades, pero en 2014 la cifra podría llegar a 15.8 millones y en 2016 a 16 millones. Nada más que ahora la competencia es más intensa que antes. En lo que va de 2013, llegaron al mercado estadounidense 43 nuevos modelos, casi 50% más que el año pasado; además de que 60 fueron redi­señados. El Fusion es uno de los productos más activos. En la primera mitad del año, Ford vendió en Estados Unidos más de 1.25 millones de vehículos, de los cuales 161,146 fueron Fusion. Con estos números, este auto se colocó como el segundo producto de Ford más vendido en el vecino país, sólo detrás de las pick-ups. Incluso, el Fusion superó en ventas en ese país a la estrella de la familia: el Focus, el auto más vendido en el mundo. Paso a paso, el Fusion se mete a la lucha por los primeros lugares en el mercado estadounidense de autos compactos, que captan 40% del mercado total de autos y ha estado dominado por las marcas japonesas. El año pasado se vendieron 280,000 Fusion.   Autopartes amigables El Fusion no es el único vehículo Ford que emplea materiales reciclados. Éstos también se utilizan en piezas para otros 25 modelos, incluidos el económico Fiesta y el deportivo Mustang, las F-150 o el lujoso Taurus, dice Vicente Rivera, supervisor en Ford México y encargado del área de diseño de partes susceptibles de ser fabricadas con tecnologías amigables con el ambiente. En promedio, cada vehículo consume en alfombras, molduras y relleno de asientos el equivalente a dos pantalones de mez­clilla, 39 botellas de pet de 16 onzas, más de 30,000 semillas de soya. Las empresas toman conciencia de la importancia de cuidar el ambiente, pero también ven que hay ventajas económicas al usar materiales reciclados, sobre todo, no depender tanto del petróleo en constante alza, dice Julián Echeverry, director de Ingenierías Mecáni­cas del Tec de Monterrey y experto en sus­tentabilidad automotriz. Ford fue la primera automotriz en incor­porar en 2007 en su emblemático Mustang un hule espuma hecho a base de semilla de soya, en lugar del tradicional poliuretano. Hoy cada vehículo consume el equivalente a 31,250 semillas para los cojines de asientos, respaldos y reposacabezas. También la tela de los asientos es de compuestos reciclados. Las botellas de pet se trituran, muelen y funden para elaborar una fibra texturizada, que al combinarse con residuos postindustriales terminan en una tela de alta duración, que cubre los asientos del Fusion y otros 15 modelos más de Ford. En los Fusion también hay cubiertas de baterías de autos ya consumidas, que se transforman para hacer los guardafangos y otros materiales como las telas que recu­bren los asientos por debajo. En tanto, jeans usados se transforman en otros tipos de pie­zas, como alfombras y recubrimientos que ayudan a atenuar el ruido. Al usar semilla de soya para hacer coji­nes, Ford deja de consumir cinco millones de libras (unas 2,500 toneladas métricas) de petróleo al año, según el informe de susten­tabilidad de la automotriz. Y, al producir con una planta tropical similar al algodón las cubiertas de las puertas de todas las camio­netas Escape fabricadas en Norteamérica, Ford sustituye el uso de 300,000 libras de aceite de resinas petroquímicas al año. En suma, todas estas acciones de reci­claje le permitieron a Ford ahorrar 187 millones de dólares (mdd) en 2012. La automotriz sustituye también la fibra de vidrio en algunas piezas de sus camio­netas F-150 por resinas hechas con cáscara de arroz, al tiempo que siguen adelante sus estudios para aumentar el uso de fibras naturales en sustitución de productos deri­vados del petróleo. El plan, en el que trabajan conjunta­mente ingenieros de Ford y de la empresa The Scotts Miracle-Gro, es mezclar la fibra del coco con piezas de plástico para reducir el uso de petróleo y sobre todo generar un producto más ligero.   Piezas retornables Hace dos años, Ford implementó con sus concesionarios un esquema similar al de los envases retornables que las empresas cerve­ceras en México aún aplican con las tiendas de barrio: no sólo les acepta devoluciones de piezas originales ya dañadas, sino que incluso les paga por ellas. Esas piezas recuperadas son remanufac­turadas y convertidas en nuevas autopar­tes, desde molduras, sensores e inyectores de combustible, hasta partes de motor. El programa inició en noviembre de 2011 y en su primer año fueron recuperadas y reutili­zadas 26,000 piezas, consigna el reporte de sustentabilidad de la empresa. La automotriz emplea un sistema paten­tado de códigos de barras y escáneres para realizar un seguimiento de cada pieza reco­lectada. Un ejemplo son las defensas usadas, que se acopian y son enviadas a un proveedor para que las transforme en gránulos, que son materia prima para la fabricación de nuevos productos. Desde 2010, se han reci­clado alrededor de 62,000 defensas, según documentos de Ford. En más de un sentido, la ola verde des­borda las paredes de las plantas de ensam­ble. Ford también involucra en su programa de reciclado a sus proveedores, estratégica­mente ubicados en Estados Unidos. “Cada uno tiene el reto de incrementar el número de partes con material reciclado o remanu­facturado en cada nuevo modelo”, señala Leo Torres, director de Abastecimiento de Ford México. En el caso de los proveedores de telas, Ford les exige un contenido mínimo de 25% de materiales reciclados. Otras com­pañías que participan en el programa son RMP Powertrain Solutions, Lear, Faurecia, Martinrea, Sonora Forming Technologies, Lacna y Decoplas, entre otros. Por ahora, el programa no se aplica con proveedores en México. Las ventajas de usar materiales recicla­dos es que se obtienen productos resisten­tes y fácilmente biodegradables; además de que se aligera el peso de los vehículos y con ello reducen su consumo de combustible, dice Julieta Meléndez, vocera de Ford en México. Así, cada día que pasa, a las plantas de ensamblaje de Ford llegan más piezas que nacieron en algún cultivo o que, tal vez, se hicieron con los pantalones que hace unos días tiraste a la basura.     [youtube id=”XumpQS7DO3s” width=”620″ height=”360″]

 

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