Reuters.- La armadora estadounidense Ford Motor dijo el jueves que la producción restringida en su planta de motores en Chihuahua no es sostenible pero que sus instalaciones en Estados Unidos funcionan al 100%, por lo que no prevé algún cambio en su operación para la siguiente semana.

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Por la tarde, el embajador de México en Estados Unidos, Christopher Landau, había señalado que un alto ejecutivo de la firma le había adelantado que ante la baja producción de motores en Chihuahua, algunas plantas en EU podrían cerrar operaciones la siguiente semana.

Dicen que comenzarán a cerrar fábricas en Estados Unidos a partir de la próxima semana si no se ponen en marcha”, dijo Landau, en una charla organizada por el Atlantic Council en Washington, tras el encuentro de los presidentes de ambos países en la Casa Blanca.

Ford aseguró más tarde, en un comunicado, que la producción restringida en su planta de Chihuahua “no es sostenible”, aunque agregó que, con sus plantas en Estados Unidos funcionando al 100%, no espera ningún impacto industrial la próxima semana.

“Debido a COVID-19, el estado Chihuahua en México ha limitado la asistencia de los empleados al 50%, una región en la que tenemos varios proveedores”, dijo Kumar Galhotra, presidente de Ford para las Américas y Mercados Internacionales.

“Continuamos trabajando con funcionarios del gobierno en formas de reanudar de manera segura y constructiva la producción restante“, sostuvo Kumar Galhotra, presidente de Ford para las Américas y Mercados Internacionales.

También lee: Ford cumple 95 años en México con una nueva cara

México es una parte clave de una cadena de suministro internacional más amplia, crucial para los fabricantes estadounidenses de vehículos, muchos de los cuales operan fábricas del lado mexicano de la frontera, en gran medida, debido a los menores costos laborales.

El gobierno federal clasificó a las empresas automotrices, mineras y constructoras como actividades esenciales, y les dio luz verde para reiniciar operaciones en México desde fines de mayo, aunque algunos estados han implementado restricciones más estrictas a medida que avanza la pandemia.

En mayo, cuando México señaló que retrasaría la reapertura de sus fábricas, autoridades mexicanas dijeron que sus contrapartes estadounidenses presionaron por un rápido retorno, argumentando que las plantas en ese país no podrían operar sin muchas de las partes que se producen en territorio mexicano.

Landau agregó que desea trabajar con el gobierno de México y con empresarios estadounidenses para traer inversiones a la región, en momentos en que algunas políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador han sido consideradas poco amigables con la inversión privada.

 

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