EFE.- El Congreso de El Salvador decretó un régimen de excepción para tratar frenar un “incremento desmedido” de los asesinatos a manos de las pandillas del país.
El Gobierno de Nayib Bukele pidió al Congreso decretar dicha medida a raíz de las “graves perturbaciones del orden público” generadas por las maras. Que ha puesto en jaque la estrategia gubernamental de seguridad con 76 asesinatos en dos días, récord criminal en la historia reciente del país.
La medida fue aprobada con los votos de 67 diputados de 84 durante una sesión plenaria extraordinaria convocada por el líder de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, a solicitud del presidente Bukele.
El régimen de excepción entrará en vigencia luego de que Bukele firme el decreto aprobado en el Congreso y se publique en el Diario Oficial.
Los diputados avalaron la suspensión de la libertad de asociación, derecho de defensa e inviolabilidad de la correspondencia.
Además, se suspendió la prohibición de la intervención de las telecomunicaciones sin autorización judicial y se amplió el plazo de detención administrativa a 15 días, cuando normalmente es de 72 horas.
El Salvador registró el sábado el día más violento de su historia reciente con 62 asesinatos en medio de una escalada iniciada el viernes, según confirmó la Policía Nacional Civil (PNC).
El alza de asesinatos de este fin de semana, atribuida a la pandilla Mara Salvatrucha (MS13), se cobró la vida de 76 personas en dos días, con los 14 del viernes.
La cifra más cercana a los 62 asesinatos del sábado es la de 51 homicidios en un solo día registrados en agosto de 2015, cuando el país vivió su año más mortífero tras el final de la guerra civil (1980-1992).
Este escenario supone un duro golpe para el Gobierno de Bukele, que atribuye a su Plan de Control Territorial la acentuación de la baja de los homicidios en los últimos años, tendencia iniciada en el 2016.
Para el director de la organización Acción Ciudadana, Eduardo Escobar, que el Gobierno haya tenido que pedir esta medida “muestra que su plan no es efectivo para detener el crimen”.
Guerra contra las pandillas.
La ola de violencia llevó a las autoridades a declarar una “guerra contra las pandillas”, como lo hizo el antecesor de Bukele en el gobierno, el excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén.
“No retrocederemos en esta #GuerraContraPandillas, no vamos a descansar hasta capturar y llevar ante la justicia a los criminales responsables de estos hechos”, publicó la Policía en su cuenta de Twitter.
Esta etiqueta de “guerra” ha sido adoptada por funcionarios del Gobierno, como el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro.
La Policía y el Ejército intensificaron los patrullajes, según ha informado el Gobierno, la noche del sábado en todo el territorio para intentar controlar la ola de asesinatos.
Los elementos de Seguridad fueron desplegados en diferentes colonias populosas del país, en zonas de bares y, de acuerdo con información de la Policía, se han capturado a cuatro supuestos líderes de la pandilla MS13, señalados de “ordenar” la escalada de asesinatos que vive el país.
La mayoría de homicidios registrados el sábado fueron perpetrados en los departamentos de La Libertad (12) y San Salvador (9), según datos de la Policía.
Human Right Watch monitorea situación.
El investigador Juan Pappier, que hace parte de la división para las Américas de Human Rights Watch (HRW), señaló la madrugada de este domingo que la organización “monitorea” con “preocupación” el aumento de los homicidios.
“El Salvador: estamos monitoreando, con preocupación, el grave aumento de homicidios en el país. Urge que el gobierno proteja a la población con medidas sostenibles y respetuosas de los DDHH”, publicó Pappier en Twitter.
Apuntó que “la política de seguridad debe estar siempre dentro del Estado de derecho”.
En noviembre de 2021, el país también registró un alza repentina de los homicidios que dejó más de 40 asesinatos en tres días.
En esos días, el presidente Bukele se pronunció sobre señalamientos de que la repentina alza y baja de los asesinatos de esos días estaba relacionada con una supuesta fractura de una “tregua” con las pandillas.
Bukele, sin entrar en detalles ni aportar pruebas, atribuyó anteriormente dicha alza de los homicidios a “fuerzas oscuras que están trabajando para que volvamos al pasado” y aseguró que “este Gobierno no lo va a permitir”.
Estados Unidos señaló al Gobierno de Bukele de sostener negociaciones con las pandillas, por lo que sancionó en diciembre a dos funcionarios.
Analistas han indicado que algún quiebre en las supuestas negociaciones habrían generado anteriores alzas de asesinatos.
Las autoridades de seguridad de El Salvador reportaron la noche del lunes la captura de más de 1,400 supuestos pandilleros en las últimas horas y en momentos en que el país se encuentra bajo régimen de excepción por un alza de homicidios.
El ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, informó que “se han realizado más de 1,400 detenciones en alrededor de 50 operativos que se han llevado a cabo en todo el país”.
Dicha declaración del funcionario fue brindada a periodistas tras la detención de 24 pandilleros de la Mara Salvatrucha en una colonia populosa al norte del departamento de San Salvador.
Villatoro señaló que “se están desarrollando a nivel nacional diferentes operativos de manera simultánea”.
Las detenciones de supuestos líderes, principalmente de la MS13, comenzaron el sábado, pero los operativos se intensificaron el domingo y este lunes continuaron.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, exigió este lunes mediante un mensaje en Twitter a los pandilleros que “dejen de matar ya” y advirtió que si la escalada de asesinatos en el país no para, sus compañeros presos “la van a pagar también”.
Las pandillas poseen unos 70,000 miembros en El Salvador, de los que 16,000 se encuentran encarcelados.
El Salvador se encuentra bajo régimen de excepción, decretado la madrugada del domingo por el Congreso a petición de Bukele y que suspende algunas garantías constitucionales.
Los derechos suspendidos son la libertad de asociación y reunión, el derecho a la defensa, la prohibición de la intervención de las telecomunicaciones y además se amplió el plazo de la detención administrativa a 15 días, cuando normalmente es de 3 días.
Pese a esta medida extraordinaria y a las detenciones masivas, las pandillas mantuvieron el domingo su desafió al Gobierno de Bukele.
El país registró el viernes 14 homicidios, 62 el sábado y 11 el domingo. El 26 de marzo se convirtió en el día más mortífero de la historia reciente de El Salvador.
Las autoridades atribuyen a las pandillas la ola de violencia, principalmente a la MS13, pero aún no explican la razón del alza.
Esta no es la primera vez que un Gobierno salvadoreño busca combatir a las pandillas con detenciones masivas, en el pasado lo hicieron los expresidente Francisco Flores (1999-2004) y Elías Antonio Saca (2004-2009) con sus planes Mano Dura y Súper Mano Dura.
Sin embargo, los índices de homicidios se mantuvieron en alza hasta el 2015, cuando El Salvador se convirtió en el país más violento del mundo con 103 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
Después de ese año, las cifras comenzaron a disminuir paulatinamente y la caída se acentuó desde 2019, cuando Bukele llegó a la Presidencia.
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